lunes, 12 de enero de 2009

UPDATE

lucky you si te gusto el relato. Sigo viajando y ya casi llegamos a los dos años. Asi que hay mas historia que contar... pronto, ya hay tiempo otra vez

lunes, 7 de abril de 2008

Intermedio

aaah, se preguntaran porque tanta pinche ausencia. Pues si, he estado muy ocupado pero muy pronto habrá updates por aqui... digo, por si alguien aún sigue interesado.

stay tuned

domingo, 16 de diciembre de 2007

Intermedio

FELIZ NAVIDÁ y todo lo demas...

Por este medio, reciban mis mejores felicitaciones para estas fiestas decembrinas.

Por el momento yo me encontraré de vacaciones sin mucho acceso a internet o a mi laptop, por lo mismo la continuacion del relato se verá interrumpida mas o menos hasta la segunda semana de enero.

Lo presente fue escrito a orillas del rio Niger, en la ciudad de Niamey y publicado en Bruselas. Sin embargo, puede que en estos momentos me encuentre en Amsterdam, Madrid o incluso Leon, dependiendo que dia sea hoy.

Para saber como llegué aqui, sigue leyendo.

Feliz navidad y año nuevo. No se asoleen mucho

viernes, 14 de diciembre de 2007

The Eastern Journey (part 12)



Црна Гора
(Montenegro)





Durante algún punto de la madrugada los señores de las camas de abajo se habrán despertado y como buenos ancianos que les gusta hacer cosas extrañas abrieron las cortinas del compartimiento para dejar entrar la luz.

Por lo tanto, en algún momento entre las 5 y las 6 am la luz del reciente día combinado con el traqueteo del tren me despertó. Mi cabeza estaba prácticamente pegada a la ventada y como tenía la litera de arriba, no había estorbos entre yo y la vista del exterior. Y lo primero que vi al abrir los ojos, fue un profundo y escarpado abismo.

El tren en su camino de Belgrado hacia la ciudad de Bar en Montenegro, que al día de hoy es el país mas joven del mundo, habiendo declarado su independencia el 3 de Junio del 2006, atraviesa la cordillera de los Alpes Dináricos. Ésta cordillera en si es la continuación sur europea de los Alpes que la gente normalmente piensa solamente son Suizos, pero no, atraviesan casi toda Europa.

Los Dináricos y mas especialmente la sección que le corresponde a Montenegro tienen la peculiaridad de ser uno de los terrenos mas escarpados del planeta. Siendo su punto mas alto el monte Durmitor, de mas de 2500 metros de altura. Otra peculiaridad de la cordillera de Montenegro es que posee el segundo cañón mas profundo del mundo después del “gran cañón” de Arizona. Lleva el nombre de Kanjon Tare o Cañón del rió Tara, tiene una profundidad de 1300 metros y mide mas de 82 kilómetros de largo.

Ahora, una cosa de la que no estoy seguro, es exactamente por que parte cruza el tren, porque desafortunadamente era de noche y además venía dormido. Hay dos rutas a tomar, por ende dos posibilidades, una es que sin saberlo haya atravesado Kosovo tranquilamente dormido y hayamos transitado algún punto sur de la cordillera; la otra opción sería que el tren no entrase a Kosovo y atravesara justo por la región aledaña a Durmitor y el Cañón Tara. Cualquiera de las opciones representaba unas vistas increíbles.

Pero dada la condición de tren nocturno, no había mucho que hacer mas que dormir mientras estuviera oscuro y por lo mismo no me enteré de lo que pasaba afuera. Además, yo no tenía idea de que el país poseía aquellos paisajes para empezar.

Pero bueno, por fortuna los viejos habían abierto las cortinas y me encontraba ahora cara a cara con un cañón impresionante, por cuyo fondo corría un rió de agua tan azul que a momentos parecía blanca. Había secciones en las que era mas que evidente que eran rápidos, por lo que es alta la probabilidad de que en efecto haya sido el río Tara.

El tren, uno de los mas pintorescos del mundo sin temor a equivocarme, corre por laderas de montañas y despeñaderos en los que no tengo idea de cómo se les fue a ocurrir construir las vías ni como le hicieron. La mayoría de las veces está tan a la orilla, que para atravesar secciones de los montes corta a través de una increíble cantidad de túneles, algunos de varios kilómetros de longitud. Entre túneles, el paisaje predominantemente montañoso y lleno de bosque no hacía otra cosa mas que sorprender. El cielo era extrañamente claro y azul y contrastaba con el gris de la roca y los árboles que las poblaban y allá abajo a una distancia que a mucha gente supongo provocará el peor de los vértigos, un salvaje río espumoso que chocaba entre rocas y a momentos caía por pequeñas cascadas.

Yo aún no me movía de la posición en la que había despertado. Ni siquiera tuve las ganas de voltearme un rato para tomar la cámara y grabar lo que estaba viendo. En mis 30 segundos de egoísmo, me dediqué la fortuna de ver esos majestuosos paisajes solamente a mí, además, no estaba seguro si después del siguiente túnel lo seguiría viendo. Así que no aparté la vista por un segundo de aquella ventana.

Hasta que claro, llegó un túnel en el que la longitud y curva daba por entendido que nos alejábamos del cañón. Durante esa oscuridad tan profunda y con el ensordecedor ruido del viejo pero masivo motor de la locomotora amplificado por el eco del túnel fue apenas cuando pude procesar todo lo que había visto durante la última media hora a lo mucho y no pude evitar pensar la pena que es haberlo pasado de noche.

Sin embargo, al salir del túnel, el paisaje había cambiado tanto y era tan similar al que había visto casi al anochecer en serbia que me volvió a hipnotizar. Bosques profundos sobre montes escarpados y de violentas caídas, Montes tan altos que a la distancia se cubrían de bruma o de las pocas nubes bajas que había en aquel día.

De esa forma, cuando menos lo esperaba, el tren llegaba a una estación literalmente en medio de nada. De no haber sido por el custodio de los boletos que entró al compartimiento a avisar que habíamos llegado a Podgorica, jamás se me hubiera ocurrido bajarme. Pero sobre aviso, tomé mis cosas rápidamente y me bajé del tren.

No muchas personas se bajaron en aquella estación. El destino final del tren era la ciudad de Bar, que desde aquellos días en los que Montenegro era parte de Serbia era el lugar favorito de la gente de las ciudades para ir a vacacionar. Pero para mi, quedaba en la dirección contraria a la que tenía planeado ir, a menos que mi intención fuera cruzar Albania en camino a Grecia, lo cual por el momento no era así.

Al poco tiempo de haber bajado del tren y mientras yo aún trataba de entender que estaba haciendo y donde carajos estaba, éste se puso en marcha; dejándome por completo a lo mío en aquella estación tan extraña y vacía.

En realidad no tenía la mas mínima idea de que hacer o a donde ir. Al parecer el tren paraba en una estación a las afueras de Podgorica, ya que siendo la capital del país, no creo que todos los que lleguen por tren lo hagan por un lugar tan aparentemente alejado de toda civilización. Por un momento fue alarmante porque no tenía idea de cómo llegar entonces a la estación de autobuses para preguntar por la manera de llegar a Dubrovnik. Pero como no había otra dirección para tomar mas que fuera de la estación, me dirigí hacia allá.

Cuando salí, bien podría haber estado en cualquier parte rural del mundo. Había una calle muy pequeña y enfrente, árboles. A la distancia se veían algunas casas, no mucho desarrollo y nada en absoluto de construcciones altas. El paisaje seguía siendo predominantemente montañoso y verde, muy irregular y desnivelado. Pero aquel pueblo en el que estaba, parecía como si lo hubieran mandado nivelar artificialmente ya que todo se veía llano y lineal; vacío, de no ser por la vegetación.

Sin embargo, había un par de taxistas, que en cuanto me vieron salir de la estación con mi mochila y cara de desorientado me abordaron queriéndome llevar a alguna parte. Uno no hablaba en lo absoluto inglés y desertó cuando le dije I dont understand, el otro tampoco lo hablaba pero le hizo el intento. Le pregunté por Dubrovnik y con un gesto y una amplia sonrisa me invitó a su carro, un mercedes diesel 90 a lo mucho color plateado. Sacó un mapa y me mostró mas o menos donde estábamos, luego, hablando en serbio supongo, trazó una ruta con el dedo a través de lo verde y las montañas del mapa en dirección hacia al mar y después eventualmente hasta Croacia.

–¿how much? -Le pregunté.

A lo que el contestó –aaah, very cheap. I pay me 150 euros!

Dado que no solo no tenía aquella cantidad millonaria que el pobre hombre requería, sino de que era mucho mas de lo que había gastado combinando TODOS los trenes que había tomado desde mi salida de Praga. Me reí un poco y le dije –man, that is just way too much, are you crazy?

El me quiso explicar de alguna forma mientras me jalaba hacia el carro y abría el maletero para meter mi mochila y sellar mi perdición, que estaba en medio de la nada, que Croacia quedaba mucho mas lejos de lo que yo parecía creer y que la única manera de salir de ahí era en carro. No había hoteles, no había hostales y el siguiente tren llegaría quien sabe cuando. Ni siquiera era seguro que llegara otro en 2 o 3 días.

Eso me impresionó un poco, tengo que admitirlo, sin embargo aunque le creyera o aunque quisiera, no tenía 150 euros pero ni en fantasía. Entonces le pregunté -¿Bus station?

El sonrió y dijo –aaaaah ok ok! I take you bus! Give 5 euro

Sorprendido por lo repentino y drástico del cambio de precio, supuse que la estación estaría muy cerca. Le dije que gracias y me abrí de ahí. Para esto, había otro hombre sentado cerca viendo toda la conversación con la sonrisilla típica de aquel que ve a una persona totalmente perdida tratando de verse normal. Me aproximé a el y le pregunte -¿Bus station?

Levantó la mano y señaló la acera de enfrente. Yo no entendía y le preguntaba “bus, bus” haciendo las manos como manejando y dibujando cuadritos en el aire, el solo hablaba en algo extraño y señalaba enfrente. No entendí muy bien pero para no verme imbecil le dije gracias y crucé la calle, caminé unos 25 pasos hacia la esquina y ahí, detrás del muro con vegetación que se veía desde la salida de la estación del tren, estaba la terminal de autobuses.

El maldito taxista me quería cobrar 5 euros por cruzarme la calle. Pensé qué hubiera pasado si hubiera aceptado. ¿con que cara me hubiera cobrado después de encender el carro, avanzar 10 metros y apagarlo?

Me sentí profundamente aliviado por espacio de 3 minutos, hasta que llegué a la estación tan extraña y mayormente vacía. Nada en lo absoluto estaba en algún idioma descifrable y claro, todo en cirílico. Era evidente que nadie hablaba inglés y había un problema grande. No sabía exactamente a donde tenía que ir.

Así que me aproximé a la primer ventanilla que había frente a mi y en un inglés malo y roto que ya había perfeccionado para recibir mejores respuestas, le pregunté -¿Herrr tiKET DubrovNIK?
Aunque no lo crean, el comunicarse con ellos en un idioma que al parecer para ti es igual de complicado que para ellos, hace que se sientan mas cómodos con el hecho de no hablar nada mas que serbio. Ademas, recuerda que no les tienen mucho cariño a los Americanos entonces no es lo mas acertado llegar hablando como tejano esperando que todos te entiendan porque es su obligación.

La tipa, amablemente muy a su manera, me contestó simple y llanamente –No Dubrovnik!

Me quedé con cara de “what” y medio intenté dibujar mapitas en el aire y preguntar como llegaba ahí. Me contestó una vez mas –Here no Dubrovnik. No Croatia, only here.

Medio entendí lo que quería decir. No había manera de llegar directamente desde ahí. Asi que le pregunté, -¿Qué es lo mas pinche lejos que me puedes mandar?

-Kotor! Kotor! 6 euro, 8 am, give 6 euro!

No tenía pinche idea que era Kotor, pero por lo menos el numero 8 lo entendí.

Le pagué 6 euros y produjo un rudimentario boleto y me dirigió a las dársenas, pregunté que numero y me dijo –outside, outside!

Al parecer le gustaba repetir las cosas 2 veces, pero bueno, salí pensando que me confundiría buscando mi autobús. Sin embargo, algo que aprendí en ese momento es que a veces no hay que preguntar tanto. Solo hay que tomar tu pinche boleto y salir a ver que ves.

Porque en aquel lugar, solo había como 4 espacios, en los cuales no había nada, mas que una van larga de esas de muchos pasajeros en uno de ellos. Supuse que mi “autobús” llegaría después. Sin embargo, cuando empezaba a hacerse peligrosamente las 8 am, pregunté al guardia señalando mi boleto. El sólo apuntó hacía la van a la que le estaban metiendo algunas maletas y a la que se estaban subiendo unas 4 o 5 personas.

Así que ese era mi autobús, -pensé. Fui hacia ahí y les di mi maleta, la compactaron en la parte de atrás y me dirigieron a la puerta. Al subir no me pareció tan mal y fuera de que realmente no sabía a donde iba y que no sabía si Kotor era el nombre de una ciudad o el camión o simplemente quería decir vete! no tenía muchos problemas con el transporte. Además iba bastante amplio porque iba casi vacío.

Pero oh! Por ahí de las 8:00 con algo, tomamos camino y durante varios puntos, se iba deteniendo para subir mas gente. En algún momento se subió una señora que olía lo suficientemente mal como para dar a aquel transporte el pintoresco olor a tugurio que normalmente se relaciona con los colectivos. Lo bueno fue que se bajó en otro punto aún dentro de lo que supongo es la ciudad de podgorica, a la que realmente nunca entendí ya que la veía muy subdesarrollada.
En uno de los últimos puntos de recoger gente, se subió un grupo de Montenegrinas muy pero muy atractivas, de esas mujeres de rasgos oscuros con ojos claros que contrastan tan bien. Físicamente eran un viaje y olían perfectamente bien, así que el viaje no sería lo que la primera impresión me había dado.

Claro, en la última parada se subió un señor que no olía a fiesta pero bueno, supongo que eso de los olores es algo muy normal en este tipo de viaje.

El paisaje era muy interesante, muy montañoso con amplios valles donde se veían asentamientos humanos, siempre rodeados por mas montes de un fuerte color verde. Yo seguía impresionado por la belleza del panorama de Montenegro y ni siquiera tenía idea de lo que estaba por ver, ya que por ahí de las 9 y tantas de la mañana, después de un par de subidas y bajadas en la que desde nuestra posición bastante elevada, podía anticiparse nuestra llegada al mar. Por lo menos, después de tanto recorrido y sin saber realmente a donde iba, estaba frente a mi mas o menos a media hora de distancia el Mar Adriático. Mas o menos por esa hora también, hacía algunos minutos que había empezado a llover, primero muy leve y pintoresco, después bastante fuerte y tomando en cuenta lo curvo y desnivelado de la carretera, hasta peligroso. Pero como fuera, le daba el toque a Montenegro, yo no podía irme de ahí sin una buena lluvia.

Cerca de las 10 de la mañana, estando en lo que suponía era el punto mas alto del universo ya que llevábamos casi una hora en constante ascenso, después de una curva inesperadamente salió a la vista el mar y a su orilla entre montañas que formaban una bahia, una ciudad de casas blancas y techos rojos. El cielo comenzaba a aclararse de las gruesas nubes grises que nos habían acompañado por todo el camino y ya casi no llovía. Yo estaba extasiado con el panorama.

Dado que no tenía idea de donde estaba o a donde iba, lo tomé como una oportunidad para hablarle a las impresionantes bellezas que iban en la parte de atrás. No sabía si hablarían inglés pero muy quitado de la pena me dirigí a ellas y después de un Hello con una sonrisa les pregunté -¿is this Kotor?

Dos de ellas por su expresión no entendieron mas que Kotor, sin embargo la de la orilla derecha, la mas guapa desde mi punto de vista me contestó muy alegremente –Nooo, this is Budva. We go here. You go Kotor?

-Yea I go Kotor! –contesté- is it far?
-No far –contestó- here very close, Budva is beautiful city. Kotor is beautiful city as well…

Y así, por espacio de un rato en lo que el pequeño bus bajaba la cuesta, platiqué de banalidades muy básicas gozando de aquel inglés roto tan sensual en el que ella contestaba mis preguntas. Las otras dos amigas solo se reían cuando ella ocasionalmente les traducía alguna de las cosas chistosas que se me ocurría decirle y por un momento traíamos un parisón. Después, llegamos finalmente a nivel del mar y al tráfico mas increíble que había visto hasta el momento, para entrar a la ciudad de Budva. Ellas se bajaron una vez que entramos a la estación junto con la mayoría de la gente, se despidieron de mi deseándome suerte y se perdieron entre la gente.

Finalmente cerca de las 11:30 de la mañana, logramos salir de la ciudad y su tráfico infernal. A pesar de que en efecto la ciudad se veía muy interesante para vacacionar y tenia unas playas impresionantes, el trafico de aquel día, que al final me enteré que era por unas calles que estaban cerradas y bajo reparación, así como un trailer descompuesto en una de las salidas bloqueándola no me dio oportunidad de apreciarla en todo su esplendor “no estresante”.

Cuando volvimos a tomar carretera, esta vez siguiendo la costa, vi una serie de playas de una belleza tan absoluta como no había visto antes. Para mi las playas son el destino mas orgásmico que hay y tengo una manía por conocer las mas que pueda para así crear la lista definitiva de las mas hermosas del mundo. Hasta el momento, había visto algunas muy impactantes, empezando por las clásicas de Mulegé en Baja California, las de isla Culebra en Puerto Rico, Magens Bay en St. Thomas USVI e Eagle Beach, en Aruba, siendo esta última el top de mi lista hasta el momento por sus arenas blancas e imposiblemente finas, como talco casi. Por no mencionar lo obvio de la belleza sublime de sus aguas.

Sin embargo, aquellas bahías de nombres extraños de las cuales solo pude tomar una o dos fotografías bastante malas y poco ilustrativas, me habían impresionado completamente. Había oído que la costa Dálmata tenía las mejores playas del mundo y eso me había dirigido inconscientemente hasta ahí. Y viendo eso, me sentía totalmente victorioso por haber logrado llegar.

Pero el pequeño bus empezó a tomar hacia tierra adentro y en dirección hacia una montaña, lo cual no entendía mucho y me creaba algunas dudas ya que mientras estuviera en la costa, Dubrovnik estaba en línea recta hacía arriba, pero otra vez nos metíamos en la profundidad de Montenegro y hacía la cordillera. Eventualmente llegamos al pie de la imponente montaña bajo la cual había un túnel construido con el fondo de desarrollo de la Unión Europea (asi decía el cartel de la entrada) y por lo visto, era bastante nuevo.

La longitud del túnel era mas o menos de 2 kilómetros y lo recorrimos relativamente rápido, lo que había a la salida no es fácil de describir con palabras…

La ciudad de Kotor es relativamente pequeña y se encuentra ubicada en el extremo mas lejano del Golfo de Kotor, éste, es considerado mas un fiordo por algunos pero en realidad es mas un estuario o una ensenada, solo que la mas grande de Europa. Como quiera que sea, para llegar a la ciudad, antes del túnel que atraviesa por la montaña, tenías que tomar una carretera extra sinuosa a lo largo de la bahía (misma que habría de tomar después para seguir con el camino).

La ciudad está localizada dentro de la quintaesencia de los panoramas mediterráneos. El golfo esta rodeado totalmente por montañas, sobre estas montañas, hay fuertes y remanentes de viejas murallas, ya que el pueblo antiguo puede trazarse hasta el año 168 AC. Sin embargo, la mayoría de las construcciones aún en pie en las montañas, así como su pueblo antiguo, que es uno de tantos sitios declarados por la UNESCO como patrimonio de la humanidad, data de fechas tan exageradas como el 840 o como en una de las iglesias que hay dentro del casco antiguo, desde el 1100. Por ahí del 1400 la ciudad estaba bajo el control del imperio Veneciano, lo que le dió la arquitectura que aún se conserva y por lo que se hizo famoso el pueblo.

En descripciones se puede entender mas o menos, incluso viendo las fotografías te puedes dar una idea. Sin embargo estar ahí es una experiencia totalmente distinta. Porque como lo mencioné antes, lo pintoresco del paisaje es tan exageradamente bonito que ni siquiera cae en clichés por lo único y raro que es. Es el típico “lago” bordeado por montañas y con casitas en las faldas pero con un “twist” medieval.

Al llegar en carro, lo primero que notas son las imponentes montañas de piedra caliza que son de la misma cordillera que el monte Durmitor, por lo mismo comparten las mismas características orográficas que la gran montaña. Mayormente el color grisáceo y lo rocoso sombreado de verde. Sobre estas, muchas construcciones ancestrales, medievales y castillos y demás ruinas, crean una vista ante la cual cualquier fan de los paisajes míticos del señor de los anillos se haría caca.

Yo, al ver las ancestrales murallas delinear la montaña frente a mi, me causó una impresión afirmante, simplemente me cagué. Definitivamente tendría que ir a ver eso mas de cerca. Así que llegando a la rudimentaria estación de autobuses lo primero que hice fue ir a preguntar a ver si existía manera de llegar a Dubrovnik, ya que de lo contrario, este sería un “dead end” en el camino y tendría que regresarme a dar la vuelta por Budapest si quería llegar a Croacia. Lo bueno, es que tal exageración no fue necesaria porque en efecto, había un autobús a las 3:00pm que me llevaría finalmente ahí por la módica suma de 16 euros. Eso me dejaba con 3 horas para explorar el diminuto pueblo, lo que era en mi opinión suficiente tiempo para explorar y seguir con el viaje, así que compre el boleto, dejé mi mochila en “consigna” que era mas bien un closet en las oficinas de la compañía de autobuses y me tiré al turismo.

Caminando por la orilla de la bahía no podía mas que sorprenderme ante lo imponente del paisaje, había muchas mas nubes de lo que me hubiera gustado, ya que con la claridad de un cielo azul se hubiera visto mucho mas pintoresco. Aunque aún me debato sobre si lo gris del cielo también contribuía al aire medieval y ancestral de las montañas. Habría que ir dos veces sobre diferentes circunstancias climáticas para comprobarlo.

Sin saber hacia donde y caminando por inercia, llegué al centro antiguo. Éste es realmente antiguo y esta increíblemente preservado a pesar de haber sido parcialmente destruido tantas veces por tantas guerras y terremotos por espacio de 1000 años. El pueblo está amurallado y en algunas partes tenía una fosa alrededor que supongo en algún momento llenaban de cocodrilos o algo así que diera miedo porque no se veía muy profundo que digamos. Por lo mismo, la entrada es a través de un puente en uno de los lados, que fue por donde entré. Una vez adentro te llevas la sorpresa de que es en efecto un museo viviente en toda la extensión de la palabra, ya que la gente vive ahí en las casas y usan las iglesias y las plazas y todo como lo han hecho por tanto tiempo. Claro, el área de la plaza central ya cuenta con restaurants con terrazas y cafés con silloncitos cómodos, que a pesar de que pueda creerse que afectan el panorama, no lo hacen, de hecho se siente hasta chingón.

Todo tu alrededor en ese momento está construido en piedra al estilo barroco-veneciano, las calles son estrechas y se entrelazan por todas partes creando un verdadero laberinto y algunas callejuelas conducen hacia las entradas a las escaleras que te llevan a la cima del monte Orjen, mismas que puedes tomar y escalar a tu gusto por 2 euros. Yo ni siquiera la pensé a pesar de que claramente se veían como un chingo de escaleras y un montón mas.

Sin embargo, las escaleras tenían una deuda pendiente conmigo desde el fiasco de Mont Morency en Québec un año atrás. Así que tomé en dirección a la entrada mas interesante y compré mi entrada. -Es una hora para llegar a la cima y otra para bajar –me advirtieron- no llevas agua?
-No, -contesté- pero soy chingón (eso último solo lo pensé).
-Deberías de llevar agua eh, solo avisamos…-me replicaron misteriosamente.

Así empecé una escalada de una hora sin parar. No cometí la locura de contar escalones porque me hubiera traumatizado. Simplemente era demasiado, sin embargo, el panorama valía mas que el esfuerzo. Después de subir los primeros escalones rodeados por vegetación crecida fuera de control, empiezas a ver las fortificaciones que alguna vez se vieron pobladas por guardias. Después, ante ti la masiva muralla se eleva por sabrá cuantos cientos de metros sobre ti. Dentro de ésta, cientos de escalones hechos de piedra te conducen serpenteando por la montaña hasta la cima que desde la base, se ve tremendamente lejos.



Y así llegas a ciertos puntos de lo que supongo eran para los vigías o los cañones y puedes apreciar las vistas panorámicas del pueblo, las montañas y el golfo que se extiende hasta la distancia y se pierde en la curva de otra montaña. En ocasiones entras a lo que supongo habrán sido fortalezas y así se continúa a lo largo de una hora hasta que eventualmente llegas a la cima, dejando tu hígado algunos cientos de metros mas abajo.

La vista desde la cima es impresionante, aunado con el recientemente adquirido sentimiento de supremacía que conlleva el escalar una montaña crea un momento de reflexión y autorrealización que bien vale los 2 euros y el cansancio de subir.

Detrás de la montaña continúa la cordillera y se pueden ver construcciones a lo largo de varios montes más. Solo que aquellos están mucho mas derruidos y no parecen tener acceso a la gente actualmente.

Es fácil perderse un rato en el panorama, mientras recuperas la vida que se queda en las escaleras. Hay un aire histórico y épico que rodea a todas las construcciones sobre las que estas parado, un cierto misticismo creado por todo lo que pudo haber pasado en los 1500 años que probablemente tiene el borde sobre el cual te paras para mirar hacia abajo. Inevitablemente viene a ti ese sentimiento de saber que no estás en cualquier parte, que realmente estas poniendo pié en algo mas cabrón y mas en serio.

Y a pesar de estar tan cómodo regodeándote ante tu magnificencia de escalador de murallas ancestrales, llega el momento de tener que emprender el descenso, ya que este toma cerca de una hora también. Y desde mi punto de vista está hasta mas complicado por el impulso que llevas en la bajada y la poca fuerza que te queda en las piernas después de subir todo eso.



Eventualmente llegué de nuevo a la base y seguí mi visita por el pueblo, fui a ver la iglesia construida en el 1100 y me sorprendió lo bien conservada que está y el hecho de que actualmente cumple la misma función con la que fue hecha hace mas de 900 años. Después salí y ronde por las orillas del lago viendo los yates y veleros. Unos eran realmente grandes y evidentemente caros, otros eran solo pequeños botes recreativos. Todos se veían bastante entretenidos para mi.

Así llegó la hora de regresar a la Terminal de autobuses y en el camino compré mi parche de montenegro, una coca en lata y un par de botellas de agua ya que moría de sed como me lo garantizaron los tipos que cobraban por subir la montaña. Con eso, ponía fin a mi capital en euros y quedaba por completo en la reserva de los 50 dolares de Aykut. Con eso seguramente podría pagar la estancia y una que otra cosilla así que por el momento el viaje continuaba sobre ruedas…

sábado, 8 de diciembre de 2007

The Eastern Journey (part 11)




Београд, Република Србија
(Belgrado, Serbia)








"La costura de Dios" - Gustavo Cerati

Cerca de Indija Selo, Serbia.

A dos estaciones de Belgrado, tras 7 horas de tren el bosque y los sembradíos comienzan a parecer todos iguales. (Pinche pluma esta haciendo un cagadero)

No me he preguntado porque pero aun no se que chingados hacer. Sin nada a que aferrarme, sin nadie a quien llamar. Sin siquiera la manera de hacerlo

Me quedan 60 euros y eso me transforma en pobre aqui en la tierra donde las tarjetas de credito no existen.

Probablemente me alcance para 4 noches de hostal, maximo. Después, a ver que chingados.

En este punto ya nisiquiera me preocupa ni me importa. No se si irme a Croacia o hacia Rumania. Terminar el viaje en Roma o en Grecia. Ambos involucran dormir en una calle o en una playa. Un ferry a Roma o un tren a Grecia, donde las tarjetas existan, para volar a casa.

Quizá esta libertad y esta falta de itinerario me sienta bien. Hoy nada mas que hoy me preocupa. Porque no se donde voy a estar mañana. Soy un gitano

Y afuera cae la noche. Mi primer noche en Serbia.
Quien lo hubiera pensado por allá de 1992.

Afortunadamente reservé en el hostal frente a la estación. Esperemos que no esé TAN de la verga.

No se si me voy a quedar una noche o dos.

Despues, voy a tirar un volado; cara Croacia, cruz Rumania.

Y a ver que chingados pasa después.

ESTA CLASE DE LIBERTAD NO SE TIENE TODOS LOS DIAS.

27/mayo/07 o 28?



Un dato que no poseo pero que ciertamente quiero averiguar, es exactamente cuantos kilometros llevaba recorridos por tren hasta este momento. Incluso en general, cuantos kilometros, no lineales, exactos, fueron los recorridos. El dato exacto no lo tenía pero de que eran un chingo y se sentían como todavía más eso es un hecho irrefutable. El tren de Budapest a Belgrado llevaba ya unas 8 horas para cuando escribí en la libreta de Indiana Jones la entrada que aparece (en extracto) arriba y puede notarse el anestesiamiento mental del que era victima. Había cruzado la frontera hacía unas horas y de hecho fue un tanto curioso. Como jamás pregunté si se requería de visa para entrar ni nada, mientras me sellaban el pasaporte de salida de Hungría en Kelebia, un miedo me recorrió completo; que pedo si pedían visado? era muy probable ya que los vecinos lo hacían; recuerda que el area olvidada de los balcanes aún no es parte de la unión europea y aun falta un rato para que lo sea. Así que mientras el tren avanzaba hacia Subotica (la primer estación dentro de Serbia), me cagaba un tantito. No tardó tanto en llegar y cuando entró el inspector nisiquiera preguntó nada, solo puso la mano en señal de "damelo", pasó las primeras hojas, puso un sello cuadrado muy pequeño, me lo regresó y siguió con sus inspecciones. Cabe decir que ademas de aliviado me sentí un poco pendejo.

Pero bueno, el tren siguió con su camino y despues de lo que fue un recorrido relativamente rápido por Hungría, donde la red ferroviaria se mantiene actualizada, entramos a Serbia a lo que sería un trayecto, casi literalmente "a vuelta de rueda".

Había leído no se en que parte, que las redes de comunicaciónes en estos paises estaban bastante decrepitas y que se les achacaban bastantes deficiencias que causaban que los trenes mas actuales que no obstante recorren los trayectos tuvieran que disminuir su velocidad considerablemente. Recordaras que mencione anteriormente que este tren era muy moderno y nuevo, de fabricación Austriaca y pintado de un rojo vibrante y muy limpio y sensual. No era de alta velocidad pero si íba mas rapido que, por ejemplo, el de Bratislava a Budapest. Casi no tenía gente y me había adueñado de un compartimento completo en el que tenía todo un tianguis regado para proclamar mi reinado absoluto sobre el.

Mi supermercado portatil que, a pesar de que mis descripciones lo han hecho parecer como realmente algo masivo y hasta impractico, era en realidad una bolsa de super tamaño estandar, mas o menos llena, de latas, galletas y pendejadas así. Tambien tenía la bolsa de sandwiches pre-fabricados en el hostal de Budapest, que muy acordemente al medio en el que fueron transportados, tenían una forma triangular un tanto "aplastada" y sabían a una fusión de jamon insipido, chorizo de plastico y mierda. Sin embargo, era lo único que había y no quedaba otra que atascarlos, masticarlos lo mas posible sin saborearlos mucho y bajar el amasijo con agua.

La comida no era tan buena pero por lo menos iba solo y podía disfrutar de mi música a altos volúmenes en mis laureados audifonos grado, que no contienen el sonido. El tren a momentos aumentaba la velocidad a, digamos, la mitad de lo que venía en hungría y parecía que ibamos mas o menos rápido; en otras partes, donde se podía ver directamente lo derruído de las vías, la velocidad disminuía a "absurdo", tránsito o no se como le llamen los trenófilos a esa velocidad con la que sale de la estación y circula por sus cercanías. Yo le llamo "bien pinche lento".

El paisaje ya era un reciclaje de los anteriores, un poco mas rural y agricultoso, adornado aqui y allá por el ocasional despojo de pueblo post-industrial, con todo y su fábrica abandonada y de un color óxido con tierra de decenios pegada. Algunos pueblos se veían profundamente sumidos en la pobreza aunque por lo visto, a los Serbios no les importaba mucho porque en las estaciones yo los veía muy risueños siempre.

Otra de las cosas que había leído no se en que parte, es que los serbios habiendo pasado tanta mierda, ahora que estan "relativamente bien" (lease, por lo menos no en guerra) se dedican al fino arte de vivir agusto. A pesar de que la economía va en ascenso desde el punto de vista macroeconómico, aún está la cuestión que puede transformarlo en cagada otra vez; el polvorín que es la región sur del país, tambien conocida como Kosovo. Que desde hace mas de 20 años está en constante guerra o insurrección por su independencia de Serbia.

Toda guerra o movimiento independentista tiene en el fondo motivos políticos y financieros que les interesan a algunos pocos, pero que el pueblo en general, como es pendejo, abandera como patriotismo y orgullo a su propia cultura y blablabla. En el caso de Kosovo, despues de ser tomada por una mayoría aplastante de Albanos declaró su independencia primero en 1992, durante la guerra de los balkanes y una vez mas en 1999, esto claro lo vimos todos en televisión cuando los Estados Unidos y la OTAN entró a "regular" la matanza que estaba ocurriendo. Lo que no se vió por TV, eran las razones por las que esto estaba ocurriendo, ya que la región sur Serbia es rica en minerales y cuenta con muchos de los insumos requeridos para su funcionamiento industrial. Esta region, antes habitada por una diversidad etnica, se vió llena de Albanos que la reclamaban y empezaron a matarse entre ellos para ver quien ganaba. Estados Unidos (bueno pues, la OTAN), que tiene varios intereses de por medio en la independencia de la región como lo tuvo en la mayoría de los paises que se formaron al despedazarse yugoslavia, bombardeó belgrado hasta hacerlo mierda y eventualmente la matanza terminó. Nunca se declaró la independencia de Kosovo pero los locales decidieron hacerlo calladitos y mas discretamente sacando a los Serbios por la fuerza con miedo y matanzas mas silenciosas.

La economía se fue a la mierda, claro está. Añadido a que Milosevic había hecho lo que había querido con el gobierno y se había hecho rico a costa de todos los Serbios. Después, hace poco mas de un año, su región suroeste, lo que es ahora Montenegro también se separó, éste por las buenas, dejando a Serbia sin salida al mar y completamente "landlocked"

Por lo tanto, quedó un país que aunque se esta recuperando, aún es bastante pobre, afectado y temeroso; en el que reina una paz un tanto "artificial" porque como dicen los supuestos expertos: "la paz en serbia existe hasta que deje de hacerlo", dicho de otra manera, basta una chispa o cualquier demostración social que escale a cagadero para que explote todo una vez mas.

Sin embargo, por el momento, las cosas estan relativamente bien y de acuerdo a las advertencias gubernamentales mientras no te metas en Kosovo no debería haber problema (a menos claro, que te toque estar ahí el día que algo salga mal, pero eso sería mala suerte y sería tu pinche culpa).

Entonces, los serbios por lo pronto, viven con una filosofía bastante peculiar, dicha a mi por uno de los suyos: "here everyday is saturday, making every night friday night" dicho en castellano "aqui todos los días es sabado, haciendo cada noche la noche del viernes". Y en efecto, todos los días estan los bares y antros abiertos y hay fiesta y gente en las calles y son bastante parisudos. Pero bueno, de eso me enteraría mas tarde.

Por el momento me encontraba anestesiado por un panorama muy lineal y un tren demasiado lento. Cuando empezó a caer la noche, empezé a pensar que coños iba a hacer una vez que llegara. Afortunadamente el hostal estaba frente a la estación, pero que tan enfrente? Y si así era, siendo que los barrios donde esta la estación de trenes usualmente esta medio culeyes en estos paises, como estaría exactamente? Había realmente mucho que pensar sobre muchas pequeñas cuestiones, nisiquiera hablemos del hecho de que no tenía la mas mínima peregrina idea sobre a donde iba a ir despues ni como ni cuando. Paradojicamente, el no saber nada y el realmente no poder hacer nada al respecto, me hizo seguir perdido en mis audifonos, viendo ahora las ocasionales luces de las ciudades o pueblos por los que el tren pasaba sumergido ahora en el negro absoluto de una noche aparentemente sin luna.

Y era una lastima el hecho de que no se viera nada, ya que mientras se hacía de noche el paisaje había comenzado a cambiar y era ahora mucho mas boscoso y montañoso, el tren pasaba por muchos tuneles y todo se ponía mucho mas pintoresco. En realidad Serbia es un país hermoso y de eso me habría de enterar eventualmente.

Así despues de un buen rato, no se a que hora llegamos a Belgrado y fué hora de salir del tren a lo desconocido. La primera impresión fue bastante fuerte ya que la estación se encontraba en un estado realmente dilapidado, con trenes yonkeados en algunos andenes, pasto creciendo entre las grietas de las viejas plataformas. Y todas las señalizaciones en el absolutamente indecifrable alfabeto cirílico (el ruso).

Dentro de la estación estaban los habituales homeless y personajes ya sea deformes o apestosos que normalmente las habitan durante las noches, pero a eso ya me había acostumbrado realmente desde polonia. Al salir de ésta, me dió la bienvenida una ciudad extraña y medio desierta, con edificios viejos y en estado muy descuidado, o por lo menos así se veían por la noche. Caminé hasta donde decía que lo hiciera las instrucciones del hostal y llegue al edificio donde realmente se cumplía la promesa que tenían por internet: "el edificio esta muy feo por fuera pero el hostal esta completamente renovado!"

Toqué el timbre y bajó un batillo a abrirme la puerta, me preguntó si yo era Gustavo y le dije que sí, me dijo que ya sabían como los trenes nunca llegaban a la hora que dicen y por lo mismo no cancelan las reservaciones aunque llegues bien tarde o al día siguiente. Por dentro el edificio tambien estaba bastante nasty y descuidado; sin embargo el hostal, aunque pequeño, si estaba en buen estado y los cuartos estaban muy bien.

Desde que llegué el ambiente de este hostal era muy diferente. Mucho mas personal y mas bien se sentía como llegar a la casa de alguien. El tipo me mostró el microondas, me dijo que el agua de la llave era potable (toma eso tijuana!), me llevó a un tour por el micro baño y la regadera, (que estaban en extremos opuestos) y me enseñó la computadora. Todo eso estaba en lo que tambien podría ser la recepción y como tambien habia una tele, el cuarto común. Después me llevó al cuarto y me dejo a "llegar" y tirar mis cosas. Ahi dentro había otro tipo que estaba preparandose para dormir, por lo mismo no platicamos mucho mas que el saludo y "que onda como esta el pedo aqui?" Sin embargo, tenía una guía Lonely Planet de Europa del este, en ese libro si venía información sobre los paises que en el mío solo planteaban como "no tan recomendados", vió mi interés al respecto y me dijo que podía tomarla si quería, claro, lo hize.

Al poco tiempo salí para ver si podía entrar a internet y ver algunos datos para el día sigiente y mientras me disponía a hacerlo (en la computadora de la "recepción"), el tipo del hostal me dijo que ya se iba y que al día siguiente habría otra persona atendiendo, así que en caso de que me quedara solo esa noche y no me viera despues, me deseaba un buen viaje. Me dijo que si cuando me fuera a dormir apagaba la luz de la entrada y que dejara la computadora prendida. Y se fué.

No me cobró, no me preguntó nada, no desconfió sobre si yo era un cleptómano y saldría detras de el cargando con la computadora la tele o el microondas; me dijo que si por favor apagaba la luz y me dejó como en mi casa.

Si eso no es una buena primer impresión de un pueblo entero, no se que chingados lo es.

Y asi, despues de leer en internet algunos datos sobre los demás hostales (porque había leído que el hostal de fiesta era otro, mucho mas hacia el centro) para irlos a ver al siguiente día mientras turisteaba las zonas y si se veían intensos, cambiarme (claro, en caso que el plan fuera quedarse) y de leer la sección de Serbia de la guía que me había prestado el guey con el que compartía cuarto, me di un baño, comí una granola, apagué la luz de la entrada y me fuí a dormir.

Al siguiente día, el tipo de la cama de al lado ya se había levantado y ahora si estaba muy platicador. Al parecer llevaba una semana ahí pero salía esa tarde hacia Kosovo. Me dijo como todas las noches era así de que se van y te dejan sin problemas, de como solo había otro tipo, un turco, en la otra habitación y que se había hecho muy buenos amigos de los que atendían el lugar. Me dijo tambien que le preguntara a la dueña (que era la que lo atendía en las mañanas) por su truco de magia.

Salí y ahi estaba, una señora de unos 40 y tantos probablemente 50, con esas caras de amabilidad inherente que te inspiran confianza desde que las ves, me saludó y preguntó como había estado mi viaje (todo en inglés, claro), me ofreció un café que garantizó sería el mejor que iba a probar ademas del mas fuerte y se puso a hacerlo antes que dijera que si. Cuando estuvo hecho, me lo dió y me dijo que era el tradicional café Serbio, aunque tambien lo conocieran como "café turco"; que basicamente consiste en un chingo de café de un molido no tan fino y solubilidad baja, que produce un café fuertísimo pero particularmente bueno.

Después se puso a platicarme sobre las cosas que tenía que ver y si planeaba quedarme otra noche. Le conté de mi ausencia de planes y del volado que tenía planeado hacer para decidir el destino. Me preguntó si planeaba entonces atravesar Bosnia, porque ahi si pedían visa para entrar y habría que ir al consulado primero. Se ofreció a llamar y preguntar por el numero de la embajada mexicana para saber con seguiridad si ocupaba visa o no y cuando tenía a alguien del otro lado de la linea me lo pasó. La persona que me atendió me dijo que en efecto los mexicanos tenían que aplicar para una visa para cruzar bosnia, me dio la dirección y el telefono de la embajada en Belgrado y me dijo que costaba alrededor de 40 euros pero que la hacían rapido.

De esa llamada se desprendieron dos hechos. Uno, me di cuenta que llevaba un chingo de tiempo sin hablar español y dos, que cruzar Bosnia quedaba oficialmente cancelado, dadas las circunstancias de que habría que pagar por un visado; cosa que para mi era imposible a menos que mi plan fuera dar las nalgas para pagar el boleto de tren, porque otro dato que me había dado la señora era que el único medio de transporte pagable con tarjeta en Belgrado era el avión.

Le conté de mi nuevo dilema a la señora del hostal y me dijo que había otra opción pero que no sabía si me interesaría. Había un tren nocturno a Montenegro que salía cada 2 o 3 días no sabía bien pero que quizá salía esa noche; podría tomar ese tren, llegar a un lugar llamado Podgorica y que de ahí seguramente habría forma de llegar a Croacia.

A pesar de las buenas intenciones de la señora, el simple nombre "TREN NOCTURNO A MONTENEGRO" me sonaba como a un "mm no gracias", dado que otros trenes nocturnos en paises mucho mas desarrollados y altamente frecuentados, como lo era el nocturno Praga-Cracovia, estaban anti-recomendados por las guías y hasta por los mismos locales, ya que eran muy frecuentes los robos y asaltos. En este caso, este tren nisiquiera existía para la mayoría de la gente. Que chingado tipo de cosas sucederían en ese tren, no tenía ni idea pero en caso de que en el volado cayera cara, iba a tener que averiguarlo...

Tambien me dijo que la única manera de salir de Belgrado en un tren que no fuera ese, era regresando a Budapest. Así que si en mis planes estaba el ir a Rumanía, tendría que ir a preguntar a la estación de autobuses porque en esos si se podía, pero no tenía ni idea de cuando o a que hora. Lo práctico era que dicha estación estaba justo al lado de la de trenes.

Como ya no había mucho mas que hacer y como me había caído tan bien el rollo de ese hostal aunque no fuera de fiesta, le dije que entonces por lo pronto me quedaría otra noche y después veía, le pregunté que que pedo con el pago, si quería que le pagara o que. Me dijo que daba igual, que si quería pagara de una vez o cuando me fuera. Me impactó poquito la confianza pero aún así preferí pagar de una vez para así poder ver cual era el restante de mi capital, que tendría que cambiar a Dinares, para pagar el tren y cosas así.

Eran €18 y como la señora no tenía cambio en euros, me daría el resto en dinares. Y que me recomendaba tambien revisar lo del tren o autobus aunque no supiera para donde iba. Le dije que ok, lo haría, pero que por lo pronto que pedo con el truco de magia. Le dió mucho gusto y rapidamente sacó unas cartas, se sentó en el suelo y me invitó a hacer lo mismo. No recuerdo bien bien en que consistía el truco, pero el pedo es que realmente estaba muy muy grueso, cambiaba muchas cartas de lugar y luego de palo y al final te daba una y no se que tanto desmadre pero el punto era que en realidad te quedabas todo incredulo y preguntandote ¿como chingados le hacía?.

Para ésto ya contabamos con la presencia del otro guey del cuarto y en sí platicabamos de las cosillas que había que ver y de donde veníamos y cosas así. Platicar de cuanta verga valía Bush en ese lugar era innecesario ya que en toda serbia odian a E.U. Despues de un rato, decidí tomar acción e ir a preguntar a la estación por si cualquier cosa. Ese fue el momento decisivo, había que tirar el volado si no nunca se haría; hubo mucha expectativa entre los que estabamos ahí reunidos y al final despues de volar, caer y dar algunas vueltillas, la moneda cayó al suelo y permaneció inmovil.


Mi primer parada a revisar entonces fué la estación de tren, ya que el resultado había sido cara. Esto no era ninguna tarea facil dado que todo estaba no solo en Serbio sino en cirílico y no se le entendía ni madres. Sin embargo, la palabra Podgorica, se parecía un poco (Подгорица) y mas o menos jugadole a descifrar los simbolos parecía como que si era, asi que señalando ese le pregunté los horarios y el precio gesticulando como mudito. La señora amablemente me escribió en un papel, la palabra Podgorica en el querido alfabeto mío, la hora 10:45pm, la fecha de hoy, la de 2 días despues y el precio en dinares; luego, escribió la hora 12:45pm, la fecha de mañana y un precio un poco menor.

No sabía exactamente cuanto eran esos dinares en euros pero sonaban a un chingo, fuí tambien a preguntar a la estación de autobus y ahí si no pude descifrar ni madres, di algunas vueltas sobre mi propio eje y me di cuenta de lo inevitable de la situación: No tenía lo suficiente como para quedarme hasta el próximo tren nocturno, además, si me quedaba esa noche en el hostal, mi plan de quedarme con 20 euros para no estar sin dinero en Montenegro se iría por el caño, ya que de acuerdo al cambio que había recibido calculaba que el tren estaría mas o menos por los 30 euros. No me quedaba otra que tomar el tren de esa noche y dejarme de mamadas, además, el tren del siguiente día llegaría por fuerza de noche, mientras que el nocturno llegaría temprano por la mañana. Estar perdido en algun punto de Montenegro y de noche era algo que no quería experimentar.

Así que fuí con la señora y le plantee mi nuevo plan, me dijo que sonaba lógico pero que qué gacho que no me podría quedar mas tiempo en Belgrado porque me iba a gustar. Me regresó los 10 euros de esa noche y me dijo donde había un western union para cambiarlos por dinares. Fuí y por 30€ me dieron como 2400, con eso fuí a la estación, señalé en la hoja el tren de la noche y pagué como 2000 y algo. Con eso tenía resuelto el plan hasta nuevo aviso. Ahora lo que habría que hacer es turistear Belgrado durante las casi 11 horas que restaban del día, sobrevivir el tren nocturno a Podgorica y una vez ahí, a ver que.

De esa forma caminé por donde había entendido que tendría que hacerlo, supuestamente para llegar al Hotel Moscú, que es muy turistico y mas o menos el punto central de la excursión por Belgrado. Los nombres de las calles estban muy claros y bien señalizados, con el único inconveniente de que estaban en cirílico y no se les entendía ni madres. Tenía un mapita quasi turístico que había agarado en el hostal, el unico problema es que ahí los nombres venían en inglés (hubiera sido mil veces mas facil que lo escribieran en cirilico; aunque tu primera impresión sería de "que chingados?!" a la hora de estar en las calles lo entenderías perfectamente).

En el camino iba viendo cosas interesantes, como el hecho de que ahí las cervezas las vendían en sendas botellas de dos litros (sí, caguamas de DOS litros), que las calles no estaban tan nasty como podría esperarse y que el panorama es muy verde. Tambien vi un McDonalds que se me hizo extrañamente fuera de lugar y muchas pero muchas mujeres serbias que estaban peligrosamente buenas. MUY pero muy buenas.

Eventualmente llegué al hotel Moscú y a lo que parece simular un "times square" serbio; ahí me ví con la decisión de que camino agarrar, si a la izquierda para ir a ver el centro y el parque y lo turisticón así o irme a la derecha y ver que había para allá. Me fuí hacia la derecha sobre una avenida principal que terminaba, allà a la distancia, en lo que parecía ser una iglesia masiva. En el camino vi los edificios del parlamento y otras cosillas así del gobierno y otra cosa interesante que veía en el camino, era como en casi todas las esquinas había un puesto de revistas, atendidos todos por mujeres, en el que una revista en particular saltaba a la vista por su portada anaranjada brillante: Playboy. En la portada tenía una viejota bastante buena y toda la tipografía en cirílico, lo que lo hacía un muy buen souvenir. Yo tenía una cantidad relativamente insignificante de dinero que no me serviría para mucho fuera de algun cacharro comprado en la calle, así que decidí comprarla. Por los artículos, claro.

Sin embargo, como aun tenía un buen trayecto por delante, decidí ver si en uno de tantos puestos había alguno atendido por un guey, con quien sería mas casual comprarla. Seguí caminando y eventualmente llegué a la iglesia que se veía de lejos, estaba en efecto bastante grande. No se porque, ya que no soy una persona religiosa en lo absoluto, me gustan mucho las iglesias y entrar en ellas. Es mucho mas por el valor estético y su arquitectura que por los simbolismos contenidos en ellas. También me gusta de una manera muy torcida, el lujo y el derroche inherente en las masivas construcciones y la escala impresionante con las que son edificadas.

La iglesia ortodoxa serbia, de fé cristiana como raíz, es muy distinta ya que a pesar de contar con grandes catedrales y "el mismo Dios que nosotros", estas se parecen mucho mas a las mezquitas musulmanas de digamos, turquía, si le quieres encontrar algun parecido. Además por dentro, hay una gran diferencia, no hay altares o sillas o púlpito para un padre parlanchín. Nisiquiera hay misas, lo único que hay es una enorme pila de heno al centro, donde la gente llega, toma un puñado y hace una especie de "coronita" con el, luego las colocan en alguno de los enormes pilares que sostienen al domo del edificio y rezan a su propia conveniencia.

Para un occidental acostumbrado a las iglesias llenas de banquitos e imagenes y chingadera y media, entrar a una construcción tan masiva y verla relativamente vacía produce un impacto, añadele a eso una gran pila de heno enmedio que al principio resulta totalmente inexplicable o evoca la posibilidad de ser una gran fogata y tienes una experiencia muy interesante.

Despues de rondar por las cercanías, emprendí el camino de regreso ahora por la avenida que corría paralela a la que usé para llegar. En ésta vi otros edificios gubernamentales con aires de palacio que muy seguramente lo habrán sido en algun punto de la historia. También compré por fin mi revista a una señora cuando caí en cuenta que era probable que eso de que los estancos fueran atendidos por mujeres solamente fuera una cuestión social. Pagué 180 dinares por ella y de esa manera me quedé con dos billetes de 10 y uno de 20, totalmente inservibles nominalmente pero que para mi, (que por cierto no lo había mencionado pero colecciono billetes de los lugares a los que voy) obtenían un valor añadido al ser guardados dentro de la libreta de Indiana Jones. Así que guardé el de 20 y uno de 10 y el otro junto con algunas monedas me lo dejé en la bolsa por si había algo en que gastarlo.

De esa manera llegué al centro y a donde las cosas se ponían mas turisticonas. A pesar de que aún no hay mucho turismo realmente en Serbia, las postales y souvenirs asequibles en esa area, como en todas las otras ciudades, son graciosamente caros; comparado con lo que realmente podría costar. Para mi, desafortunadamente, los souvenirs así como los transportes públicos y el agua embotellada, eran un lujo al que no podía aspirar y solo podía decir "no tenkiu" cuando llegaba el batillo a querer venderme algo.

Además, ya tenía mi parche de la bandera serbia (comprado afuera de la estacion de tren por nada prácticamente), mi panfleto del hostal, mis billetes y mi playboy. Y mis preciosas memorias claro está! que no sabes que las mejores cosas de la vida son gratis??

Siguiendo a un par de culos, llegué después al parque de la ciudad donde supuestamente habría de estar el castillo y una que otra cosilla interesante. Las mujeres serbias son muy atractivas y por las calles puedes encontrar a una gran cantidad de Anas Ivanovics (conocida tenista serbia de 20 años que se cae de buena, a quien por cierto tuve la oportunidad de ver a escasos 15 cm de distancia durante el WTA master series de Madrid hace poco menos de un mes).

Así que el turisteo serbio no esta nada mal en realidad, no hay ese sentimiento de inseguridad por las calles que puedes sentir en otros lugares mucho mas turísticos, la gente es extremadamente amigable y te saludan, si les preguntas algo se esfuerzan por entender aunque no hablen inglés (a pesar de que la mayoría lo habla) y te orientan y así, en general hay un aire de confianza muy extraño que solo había sentido en otros lugares chingones como Cracovia o Madrid.


El parque al que llegué tambien estaba muy agradable. Muy limpio y lleno de vida, gente joven picniqueando en el pasto y los omnipresentes viejitos que se apoderan de las bancas. En uno de los extremos hay un mirador, ya que la ciudad tambien esta muy desnivelada orográficamente, como la parte oeste de Budapest. La impresión general de la ciudad es que es sorpresivamente verde. Hay areas que parecen de plano un bosque; como a varias de las ciudades por las que ya había estado, a Belgrado tambien la atraviesa el Danubio y otro río de nombre Sava. A la distancia pueden verse edificios modernos y muchas gruas de construcción, esos inequívocos símbolos de progreso.

Ahí me senté un rato en una banca recién liberada por una pandilla de ancianos para descanzar un poco, ya que hacía mucho tiempo que no había usado otros zapatos que no fueran los ahora legendarios converse negros , porque tardaban mucho menos en secarse que los otros y resultaban mas prácticos ya que siempre me llovía. El único inconveniente de caminar grandes distancias en converseses, es que resulta extremadamente incómodo despues de unas horas y generalmente producen ampollas. Yo había caminado gran parte de Budapest sobre ampollas y ahora en Belgrado ya hasta las aceptaba como parte de mi. Claro, eran incómodas y en algunos momentos me hacían desear estar muerto, pero eran tan parte del viaje como la ausencia de dinero o de una dirección especifica.

Ahí en la banca, bajo una cómoda sombrita, saqué la libreta de Indiana Jones y escribí:


LUNES, SERBIA

Puta pluma de mierda esta haciendo un desmadre
así que me la voy a acabar y (?)

Fuck you pluma!

(ahora

(el resto es ilegible)



Habiendo fallado el intento de escribir y con la mano ahora llena de tinta, opté por solo "estar" un rato y seguí escuchando música (como lo había estado haciendo desde hacía un par de horas mas o menos).

Después de un rato de relajación y hueva con buenos soundtracks, seguí con el camino que me llevó al castillo del antiguo Belgrado, que por cierto estaba muy interesante por la ausencia de reglas o gente supervisando. Ahí te podías subir a las murallas y caminar por precarios corredores elevados y asomarte por las ventanitas; supongo que consideran que tu instinto de conservación te evitará caerte a una muerte poco agradable en alguno de los muchos fosos o en el abismo del lado que daba a la orilla de la montaña. Ahí me dió por pensar algo muy curioso. Había leído que en algunos parques de Serbia, Bosnia y Croacia, habían quedado minas antipersonales sin explotar que de vez en cuando aún le arruinaban la vacación a algun pobre bastardo. Claro, se referían a parques nacionales o grandes extensiones boscosas en las que se libraron batallas durante las Guerras de los Balcanes, no a parquesitos pendejos dentro de las ciudades; sin embargo, adquirí una conciencia repentina del suelo y me dió una curiosidad por saber que pasaría si en alguna parte dentro de esos bosquesillos habría una mina esperando cagarle la fiesta a alguien. Haya minas o no, el solo estar en un país donde puedes pensarlo, es una experiencia interesante por si sola.

Y así estuve un rato, escalando paredes y lanzando miradas por los miradores, tripeando por aqui y por allá, viendo nalgas y las demás cosas bellas de la naturaleza hasta que me empezó a dar un hambre atróz.

Como mi restaurant estaba metido en la mochila de vuelta al hostal, sentí una hueva inmoral. Pero como ahí el rollo de las tarjetas de crédito era virtualmente inexistente no había ni para que pensarla, había que ir y ya. Pero, podía hacerlo por otra calle para ir conociendo mas lugares mientras emprendía el regreso. En mi panfleto del hostal venía en la lista de cosas a visitar la calle "bonita" donde iba toda la gente linda a ver y ser vistos, misma que desembocaba en la calle de fiesta, donde estaban todos los bares efectivos y que todos los días se llenaba de gente dispuesta a ponerse imbecil.

Caminé alguas calles hacía abajo saliendo del parque, esperando llegar a la calle en cuestión y poder reconocer el nombre en el alfabeto extraño. Por lo pronto sabía que calle significaba Ulica porque se parecía mucho a como se escribía en Hungaro y por lo tanto, sabía el significado de los simbolos que la conformaban. Juntandolo a los simbolos que mas o menos conocía de la palabra "podgorica", me había convertido en un maestro de la descifración de calles de nombres ondeados. Y si, llegué a la calle bonita que estaba toda delineada por arboles, cafés y restaurantes, terrazas y carros lindos y caros. El día estaba irremediablemente claro y agradable. Pero como tenía tendencia a hacerlo, cambiaba en un santiamén.

Seguí caminando viendo bares y cafés, tomando notas, bosquejando terrazas y fachadas, tomando fotografías mejor porque para dibujar valgo madre, entrando a robar interiores con mi memoria prodigiosa y en general, pajareando por aqui y por aca. Eventualmente llegué a un restaurant llamado Duomo, italiano, con una terraza fabulosa, con gente muy linda y silloncitos muy agradables. Lo vi con la nostalgia del que ve la cara de una exnovia querida en fotografías y derrepente el shock! ahí junto a la puerta, la grandiosa y elusiva pegatina de VISA y MASTERCARD (menos mal que no llevaba American Express... SHAAAAAAIIIII mamón!)

Pero si, era demasiada el hambre y ademas, tomando en cuenta el costo/beneficio así como el coste de oportunidad de todo ese tiempo perdido requerido para llegar al hostal y el valor neto de cada una de mis horas de existencia multiplicadas por el chingo de hueva que tenía, decidí sentarme en la terraza y poner cara de guapo.

Una vez sentado ahí y con la carta en mano, me llegaron 2 sorpresas. La primera un repentino y significativo decremento en la iluminación que solo significaba una cosa, nubes gordas y negras. La otra, los precios. A pesar de que en efecto para los locales eso era un lugar de lujo considerable y los comensales vestían ropas lindas y llegaban en carros intensos de fabricación alemana, traduciendo las cifras a euros, éstas representaban una fracción nimia de lo que te costaría un lugar así en cualquier parte de la europa occidental. La botella de litro y medio de agua mineral St. Pellegrino que pedí, que en Francia me hubiera costado 15 euros, ahí costaba 2. Un sendo plato fuerte de carne y pasta a dos tiempos, 600 dinares u 8 euros; y de postre un cheesecake bañado en salsa de frambuesa con un capuccino magistral 200 dinares, o poco mas de 2€.

Como ahí podía darme el lujo de pedir una pluma, mientras esperaba el primer plato escribí en la libreta de Indiana Jones la siguiente entrada:


So ok, now I'm in this posh restaurant terrace. Suddenly I´m waaay underdressed. But they take mastercard so I'M a fucking king. Why? Because I´m having a nice posh dinner for 600 dinars! That´s woderously different from the rest of europe, the drinks are cheap here. A big-ass bottle of St. Pellegrino for less than 2 euros?

I love Serbia!
I love my life!

So I trew the proverbial dice and fate decided on Croatia, and eventually Rome. First I'll have to survive the night train to Montenegro ... sounds scary. And it probably is.

I don´t really know. But I am saving a lot of money by sleeping in the train.
So tomorrow, I´ll be in Montenegro and then I´ll make my way to Dubrovnik and Split. Then I guess a ferry to Italy or something.



Así que por la módica cantidad de 12 euros, tuve la mejor comida que había tenido en días habíendome hecho a la idea de comer galletas, babas enlatadas y sandwiches de mierda y aplastados. Y no solo eso, tenía ahora un refugio contra la torrencial lluvia que, inesperadamente (para la gente, para mi era mas que esperada, exigida) se había soltado y que me obligó a abandonar la terraza para sentarme en una señorial silla en el interior mientras tomaba mi café y saboreaba lo sublime del cheesecake.

Llamalo nostalgia, llamalo extrañar, llamalo lo que quieras pero la lluvia que ahora azotaba la calle me recordaba solamente una cosa. Y era bastante lógico, ya que era esa misma lluvia la que hacía menos de 40 horas me había anegado en perfecta compañía, muy lejos pero casi junto al mismo río, en aquella noche magnífica y digna de cualquier antología. Contagiado por el recuerdo tomé una vez mas la libreta y escribí unos pequeños versos que con el título de "Lluvia" le daban fondo, forma y rostro de mujer al nombre de aquella que fuera mi inseparable compañera de viaje.

Habiendo disfrutado de un buen café, buena musica de fondo y buenas letras. Decidí que era hora de continuar con el camino, ya que no quería que dejara de llover antes de poder llevarme mi souvenir de Belgrado. Así que mientras me mojaba una vez mas, seguí viendo los bares y restaurantes de aquella calle tan sensual hasta que llegué a la legendaria calle de fiesta. Que en efecto estaba toda llena de bares y lo que aparentemente fueran terrazas llenas de gente si no estuviera lloviendo. Sin embargo, tuve oportunidad de entrar a los bares para verlos y continuar con la mision.

De esa forma llegué otra vez a la plaza central. Despues de hacer una breve parada en una papelería para comprar con mis 15 dinares sobrantes una pluma para poder seguir escribiendo en lo que restaba del viaje (pluma que por cierto aún funciona el día de hoy, misteriosamente), caminé hacia donde sobresalía otra iglesia a la distancia. Ésta, ortodoxa tambien pero mucho mas interesante esteticamente, me sirvió como refugio tambien mientras la lluvia exageraba un poco con la intensidad. Después continué caminando, pasé por el Parlamento y de ahí tomé la calle que me llevaría de vuelta a la estacion de tren y el hostal.

En esa ultima calle, pude ver algo muy impactante y que hasta el momento no había tenido el lujo de ver, uno de los edificios del gobierno que fueron bombardeados por la OTAN en 1999. No se si lo mantengan así como recordatorio, o no tengan el dinero suficiente para tirarlo y hacer otro, o simplemente no tienen ganas o no les molesta, pero el punto es que está en el mismo estado en el que quedó hace casi 8 años e impone con su fantasmagorica prescencia las imagenes de los tiempos de guerra que para los Serbios aun no quedan totalmente en el olvido.


Al terminar esa calle que por si sola era como un gran museo al aire libre, dí con la intersección que me llevaría al hostal y así estaba llegando a el aproximadamente a las 8 de la noche, justo mientras el sol daba su show de todos los días.

Una vez dentro del hostal, me dió la bienvenida una nueva persona. Su nombre era Vlatka y era Serbio-Croata, no habrá tenido mas años que los míos y trabajaba el turno de la tarde alternandose con el tipo que había visto el día que llegué. Estaba ahi platicando con el turco de la habitación contigua al que yo aún no había conocido y despues de presentarnos, me invitó a un café y a unirme a la platica.

Estaban conversando al parecer sobre la vida en sus respectivos paises y entre una cosa y otra, de politica externa y por lo tanto de los Estados Unidos y cuanta verga valía Bush. Como yo daba la impresión de ser Estadounidense (por mi inglés californiano, no tanto por mi apariencia), empezé por explicarles mi origen Mexicano y mi situación de ciudadano fronterizo en la tercera nación. Y la platica en efecto, como todas las anteriores que había tenido, fué muy interesante. Esta en particular lo fué porque platicamos de los detalles de sus paises y de como afectaban los conflictos internos de los que sufren, así como de las verdaderas razones por las que éstos están sucediendo.

Vlatka en especial, me maravilló al contarme su experiencia como sobreviviente de la limpieza étnica serbio-croata de principios de los 90. Ella, como muchos otros serbios nacidos en Croacia, que en aquel entonces no eran sino estados parte de la Republica de Yugoslavia, tuvo que huir de vuelta a territorio serbio cuando la guerra Bosnio-Croata empezó a virar hacia el genocidio. Tengo que decir que es realmente impactante platicar con alguien que no supera tu edad y sin embargo es un sobreviviente de guerra. Un verdadero veterano que para mantenerse vivo tuvo que recurrir a todo tipo de tácticas ingeniosas y que a momentos resultaban extremadamente peligrosas y que la colocaban cara a cara con la miseria humana.

A pesar de que bien podría haber sido una persona toda torcida y llena de odio, sin que pudiera juzgarla por ello, era una muchacha alegre en su propia manera de ser solo que muy conciente de la vida y de todas las verdades que para muchos no son tan evidentes. Porque entre mas conoces y entre mas sabes, mas obvias se te hacen las cosas que para la mayoría de las personas, gente inexperimentada que aunque creen saberlo todo, generalmente no han salido de su propio país o que simplemente en realidad no han vivido, se les hacen increibles o hasta impensables.

Y siendo tu una persona que habiendo leído tanto sobre esta, mi peculiar historia, ha probado que no es una persona para nada pendeja, estaras de acuerdo conmigo en este punto.

Vlatka, aunque un poco radicalizada hacia el realismo, tenía una vision muy particular de las cosas que la rodeaban y lo que conformaban las vidas de todos. Luego, después de platicarme la historia mas increíble que un ser viviente me había contado hasta el momento, ahondó en detalles sobre el conflicto que sobrellevan actualmente y desde hace tanto en Kosovo. Creeme cuando te digo que la versión de un Serbio al respecto, difiere mucho sobre lo poco que puedes saber habiendolo visto por CNN. No todo es blanco y negro siempre, no siempre los buenos son los buenos ni los malos son tan malos, aveces la realidad si es mas extraña que la ficción. Pero para saber mas detalles y tú crear tu propio raciocinio al respecto, ve ahí y platicalo con tu propio Serbio.

Aykut, el turco, que estaba igual de fascinado que yo con Vlatka, a su vez nos platicó del problema que tienen ellos con los Kurdos. Ahí tambien, no todo es como lo pintan y tampoco son los pobres refugiados que aparentan ser. Las tendencias separatistas siempre tienen una agenda política y financiera detrás, que solo los que realmente tienen los ojos abiertos y la información necesaria para poder entenderlo, lo hacen. En el caso de Aykut, un ingeniero doctorado en la Universidad Técnica de Estambúl (considerada la segunda universidad mas cabrona del mundo en ingeniería), que por supuesto no era ningun pendejo, tenía mas de lo necesario para entender las razones por las cuales está pasando lo que está pasando en su país. Sabía que los Kurdos pueden en efecto llegar a ser un gran problema para el país donde se alojan y que en miras a la creación de su estado (kurdistán), desestabilizan la región que antes de ser ocupada por ellos, era el lugar de origen de la gente propia del país.

Pero bueno, discutir de este tema es tambien algo que no puede ser tan simple como escribirlo ya que en el proceso de interpretación, puede ser malinterpretado. De nuevo, es algo que tendrías que encontrar tu propio turco para que te lo explique y crear tu propio raciocinio despues, habiendote informado al respecto, claro está.

Lo que si es curioso mencionar, es que dentro de la apasionada plática que téniamos los tres de temas realmente intensos e interesantes, a momentos bajaba del tono político y entrabamos en nimiedades como los porqués que nos llevaron a ese lugar y a donde ibamos después. Durante uno de mis relatos, salió al tema el hecho de que yo andaba ya sin dinero y que tenía una buena parte del viaje por delante. Ésto platicado a manera humorística de la misma manera que lo he escrito aqui y en ningún momento para parecer martir o crear sentimientos de lástima. Aykut sin embargo, quizó enfatizar en el tema, ya que le parecía increíble que estuviera tan calmado al respecto. También supo sobre la inconveniente situación de mis tarjetas y por lo mismo, me comentó que como coños tenía pensado hacer, si en montenegro y croacia, como en serbia, las tarjetas solo existían en lugares contados. Le dije la verdad, que no tenía la mas mínima idea y que en realidad iba como coloquialmente decimos "a lo pendejo" o para que se oiga mas suave "a lo aventurero".

Ahí fue donde ocurrió el evento que marcaría época. Sin decir mucho mas, sacó de su cartera un billete de 50 dolares y me lo extendió diciendome: "Ten. Esto te ayudará a continuar con tu camino"

Yo, impactado, porque realmente no esperaba esa ayuda ni mucho menos esa cantidad, que quiza ahora suene poco pero que en ese momento, con esos tipos de cambio y con esas carencias, era un chingo de dinero; no podía aceptarlo, le decía que como, si no me conocía y que ademas no había manera de pagarle.

Me contestó. "Tengo que ayudarte porque es lo que se tiene que hacer; así tu después podras ayudar a alguien que lo necesite cuando tu estes en posibilidades de hacerlo."

Yo, incredulo aún y conmovido por ese gesto de bondad de parte de un completo extraño, no podía creerlo. Sin embargo, la realidad era de que en efecto los necesitaba. Queria hacerle al loco y al que podía hacerlo solo sin embargo, con que pagaría el transporte a Croacia? Con que me iba a alojar los siguientes días? Como haría muchas cosas, en las que realmente no había pensado?

Le dije que estaba impactado, que jamás esperaría de alguien algo de ese tamaño en un entorno tan circunstancial. Que no creía aún como tenía la fé como para darmelo así solamente. Y que lo aceptaba con la condición de que me dijera despues como podría pagarselo.

"Cuando vengas a Turquía a visitar, llámame y ahí me los pagas. Después con gusto te enseño la ciudad" - Me dijo.

Tomé los 50 dolares y me quedé callado por un momento. Le dije que no sabía realmente lo agradecido que estaba y que directamente era responsable del éxito futuro de mi viaje, que de cierta manera me había salvado cuando yo aún no creía que alguien tenía la obligación o las ganas de hacerlo.

Vlatka añadió a la conversación. -Yo nunca te los hubiera dado, la verdad-

y nos reímos.

Poco después llegaría la hora de irme ya que habían pasado mas de 2 horas desde que había llegado al hostal y no me había dado cuenta por lo interesante de la plática. Tenía un tren que tomar en poco menos de media hora y mi mochila aún necesitaba ajustes y compresión de su contenido. Así que excusado por ellos, fui a mi cuarto, empaqué, metí los 50 dolares en el compartimento secreto e inicié el ritual de colocación de la mochila. Ya que la tenía completamente ajustada, salí, les di las gracias a los dos por todo, por la platica, por la visión renovada que tenía del mundo, de su mundo en particular y claro, por el dinero. Me despedí y después de tomar sus datos me fuí rumbo a la estación.

Afuera todo tenía la apariencia del momento en el que llegué, misteriosamente solo pero ahora en lugar de sentir temor por lo desconocido, sentía una profunda paz por estar en un país tan increíble, con gente tan particular y tan buena. Llegué con mi boleto y supuse que el mío sería el único tren que ocupaba anden en aquella vieja y dilapidada estación. Se lo mostré al guardia y me dirigió a mi compartimento. En el, había dos ancianos en las literas de abajo y la parte de arriba era toda mía, por si quería mantener la mochila a la vista.

Acomodé mis cosas pero no me quedé a dormir. Salí al pasillo para asegurarme vería la salida de aquel lugar lleno de una interesante vibra positiva y de profundo mistiscismo, atrapado entre el progreso y las huellas de un pasado terrible que aún no se borran del todo. El tren inició su marcha con 20 minutos de retraso y así emprendimos hacía los Alpes Dináricos.

Mientras veía Belgrado quedar atras por la ventanilla del tren, me preguntaba que carajos hacía aquel turco en ese hostal y cuales eran las probabilidades de haberlo encontrado; cómo el día de mi llegada había sido el día justo para concer a Vlatka y poder escuchar su historia y cómo de todas las cosas que podría estar haciendo en un día como ese en cualquier parte del mundo, al parecer estaba justo donde debía estar, en el momento preciso haciendo justamente lo que tenía que estar haciendo: Solo ser, estar y APRENDER.

El camino se iría trazando al recorrerlo y los médios para andarlo, al parecer, llegarían cuando tuvieran que hacerlo. Por lo pronto yo mantenía mi cabeza fuera del tren viendo el panorama nocturno y en esos momentos, ya no me preguntaba absolutamente nada.

viernes, 7 de diciembre de 2007

The Eastern Journey (part 10)




Budapest (parte III) y el tren a ninguna parte





Despues de una noche tan interesante y particularmente revitalizante, dado que no solo la pasé a toda madre, sino que por los problemas monetarios que ya conoces no hubo alcoholización para mi. Así que mientras el resto del hostal sobrevivía su tremenda cruda, yo estaba despierto desde temprano y al 100%. Otra persona que seguramente estaría despierta sería Alex, ya que la noche anterior había quedado de acompañarla a su "run" matutino si me despertaba temprano. Sin embargo, temprano para ella era una definición mucho mas literal, ya que había salido hacía un rato. Y como usualmente tardaba hasta 2 horas en regresar, decidí diversificar la mañana. Así, después de ir a la cocina a prepararme algo con mi magica despensa portatil, me puse a ponderar las opciones para el día.

Había considerado pasarlo explorando el lado de Buda, ir al palacio, todo eso. Pero, había un factor interesante. El día estaba inusualmente claro, soleado y templado. Uno de esos domingos que te invitan a salir pero al mismo tiempo a no hacer nada y solo pasarlo en relax. Lo único que reunía las dos características y algo que es basico de hacer en la visita a Budapest, eran obviamente los baños turcos.

Como sabrán, antes los turcos andaban por toda europa, cuando los hasburgo o esos gueyes los sacaron, se quedaron con sus fabulosas creaciones así como con el café y el té que dejaron (que por cierto, son buenisimos y mas fuertes que una patada a la cara). Estos "baños medicinales" como les llaman localmente, aprovechan el sistema de cavernas y riós subterraneos de aguas termales para conducirlos hacia la superficie a una multitud de saunas, vapores, albercas y cosas por el estilo, localizados en puntos estrategicos de la ciudad.

Los mas populares son, del lado de Buda, los baños del hotel Gellert; mucho mas señorial y high roller, aunque no tan caro y del lado de Pest, el mas popular con los locales y turistas en general, los baños Széchenyi. Estos ultimos son el complejo mas grande de Budapest (segun esto tambien de Europa) y tambien el mas antiguo, se encuentran dentro del parque en el que había estado el dia anterior y segun lets go europe, ademas de poder pagar con tarjeta, podría conocer mas backpackers ya que ese lugar era mas frecuentado por el que era mi actual clan.

Así que mientras la gente del hostal crudeaba y decidía si se haría algo, tomé mis chingaderas y me dirigí hacia el parque. Usando uno de mis últimos boletos de metro, ya que la caminata de 10 kilometros no me atraía tanto ese día (a pesar de que, aunque aun no lo sabía, ese día caminaría mucho pero mucho mas), tomé la linea 1 para llegar directamente. La linea 1 es el "minimetro", el mas antiguo de la ciudad. Y realmente es muy chistoso, hasta por la musiquita que viene antes del anuncio de las paradas.

Pero en efecto, te deja justo en el lugar. Y como era domingo, el parque estaba lleno de locales y niños haciendo sus cosas y gente por doquier; un día verdaderamente lleno de vida. El edificio en el que estan localizados los baños es una atraccion por si misma y está en los lugares a ver en tu tour por la ciudad. No es algo intensamente impresionante como el palacio pero es bonito. Entré por la puerta principal y cuando me disponía a pagar, vieron mi intención de sacar el malevolo plástico y antes de que lo hiciera me dijeron: Kredit Kard!? other DOOR! around, around!

Eso ya era absurdo, me sentía totalmente discriminado por mis preferencias crediticias pero bueno, nosotros los de "preferencias opcionales de pago" teníamos nuestra propia entrada del otro lado del edificio así que no me quedó otra que ir. Y en efecto,era para pago con tarjeta. Para entrar pagas una tasa determinada por una cantidad de horas, 5 si no me equivoco y en base al tiempo que tardes en salir, te regresan un valor decreciente por la cantidad de horas que no hayas utilizado de esas 5. Es un sistema interesante porque regresa dinero pero en realidad no es nada caro, así que el "refund" no es tan significativo.

Una vez dentro, hay una serie de albercas interconectadas que hacen en realidad una grande y masiva alberca con corrientes de agua y lugares con distintas temperaturas, está al exterior y podría tomarse como "patio central" del complejo. Rodeando este patio de albercas, están los saunas, vapores y albercas termales. Es un trip totalmente sensorial porque el lugar es enorme. Tiene albercas de todo tipo de temperaturas, con y sin corrientes, en areas renovadas y en otras que aun mantienen el estilo antiguo y misterioso que supongo tenía todo el baño antes de que lo remodelaran por secciones.

Lo único peculiar del asunto y lo no tan visualmente satisfactorio era la concurrencia, que sin exagerar constaba de un 90% viejos y viejillas crostosas. Pero bueno, iba a relajarme y no a otra cosa (ya que). Explorar el baño te toma un tiempillo al principio y esta cool porque encuentras todo tipo de recobecos con saunas y albercas extrañas. Hay saunas con letreros de supongo advertencias de seguridad, ya que no hablo hungaro pero entiendo el signo de exclamación (!) y el numero grande y resaltado que dice 50º. Ese es para locos o gente sin sentido del tacto, porque solo puedes durar unos 30 segundos adentro antes de salir corriendo riendote junto con la demas gente que hace lo mismo. Al lado hay otra serie de vapores, a distintos grados cada uno y afuera, las tipicas albercas heladas para los psicopatas que les gusta entrar al vapor y aventarse a la alberca helada. Aunque resulta divertido, debo admitirlo. En un tipo cueva bajo los saunas, había un vapor de mediana temperatura, junto con lo que era la alberca mas fria del lugar, otra con el signo de exclamación y el numero 5º.

Al principio despues de tocar el agua no te da la mas minima gana de entrar, pero despues de entrar al vapor, estar todo caliente y sudado y despues de haberte autoconvencido de lo pinche maricon que eres si no lo haces, sales con la convicción y la demencia requerida para hacerlo. Solo hay una manera, aventandose; porque gradualmente jamás lo harías. Por los pocos segundos que bastan entre que pierdes contacto con el suelo y lo haces con el agua helada piensas, o coño, que chingados acabo de hacer. Justo despues de eso, el silencio del agua cuando se mete a tus oidos y enmudece el splash, acompañado del frío mas brutal que vas a sentir, pasando de los 40º a un absoluto envoltorio de 5º. Se siente como si hubiera una aguja en lugar de vello en cada poro sin embargo, la euforia, adrenalina y revitalización en general que se siente, bien vale la locura.

Alrededor del medio dia yo ya llevaba 2 horas o mas remojandome cuando, paseando por las albercas exteriores, me encuentro repentinamente con los Australianos del tren Bratislava-Budapest. Ademas, quizá por la hora o no se porque, ya había una cantidad menos brutal de ancianos y ya se podían ver bonitos culos en bikini por aqui y por allá. Así que las cosas se pusieron mas interesantes ya que podíamos platicar de lo visto hasta el momento en la ciudad y de los bikinis que pasaban alrededor. Curiosamente, ellos habían explorado Buda, ya que su hostal se encontraba ahi, mientras yo lo había hecho con Pest, por la misma razon. Así que facilmente pudimos ponernos de acuerdo en que era lo que había que ver en cada lado y las pequeñas pendejadas que habíamos descubierto pero valìan la pena ver.

En su caso, habían descubierto un "mongolian barbecue", que es basicamente un bufet de todo tipo de carnes, pero con un twist. Las barras consisten de carne cruda en distintas preparaciones y despue de tomarla, la llevas a un grill masivo y los cocineros te la preparan. No era muy caro y permitían "amantes del plastico" en su interior. Con eso, se cerró el plan.

Pasé otras 2 horas ahi, porque como los australianos iban llegando, fuí de cierta manera el guia de turistas del lugar. Lo cool era poder retarlos a meterse a los lugares de temperaturas extremas y la carrilla que resultaba cuando uno joteaba. Ademas, como ya eramos 4, era mas facil aproximarse a los grupos de hembras que como todos saben, viajan siempre en manadas.

Cuando ya había absorbido toda el agua permitida por mi cuerpo y parecía anciano remojado, ademas de que moría de hambre y la idea del mongolian barbecue me había provocado un deseo casi erótico de comer cantidades masivas de carne, me despedí de los australianos y quedamos en ver que pedo para la noche. Me señalaron en el mapa la posible localización del lugar y me dijeron que tranvia tomar. Lo único era que, a pesar de que el tranvía era el corecto, el lugar señalado no lo era tanto...

De vuelta en el minimetro de regreso hacia el hostal, iba analizando las opciones y las aplicaciones que le daria a mis escasos Florines de los que era dueño. Necesitaba basicamente un boleto AHUEVO para el dia siguiente, ya que era imposible llegar a la estacion de tren caminando con la mochila cargando. Tenía basicamente 2 boletos disponibles contando el efectivo y uno que me había regalado el gringo de Michigan el primer día diciendome: bah! nunca se sube el inspector, yo anduve con este boleto todo el dia y nunca lo tuve que checar. Y me lo dío. De ahí surgió el plan. Un boleto quedaría guardado porque aun asi era riesgoso ir con la consigna de tener que meterme sin pagar al metro, el tranvia era mucho mas facil porque tenía los checadores dentro y en caso de ver al inspector solo te parabas en chinga y lo metias a la maquinita. Quedaba un boleto, ese lo usaría de esa manera, andar con el todo el día y regalarlo al final.

Llegué al hostal y a pesar de que moría de hambre, no comí nada para crear así un hambre tan intensa y brutal que me ayudara a llevar a la tierra al bufet. Para mi sorpresa no había nadie ahí mas que los terminalmente crudos. Alex me había dejado un recado con la muchacha amable y sexosa del mostrador que basicamente decía que se habían ido a los baños Gellert ella y el resto de las mujeres hacía aprox media hora, por si quería llegar.

Si, lo pensé durante un ratillo. Me metí a bañar, me cambié y para cuando salí la idea de volverme a meter a remojar por horas, a pesar de que sería en compañia de una turba de mujeres en bikini, no me llamaba del todo. Ademas, era mi ultimo día en la ciudad y no había cruzado el puente para nada. Total que autoconvencido que sería lo mejor dejé el recado que nos vieramos en la noche y que estaría turisteando por ahi lo que me faltaba de la ciudad.

Bien seguro de mi mismo salí en la total actitud Carpe Diem, motivado por mi omnipresente ipod de 80 gigas rebozando de música que quíza no conoscas y por los cielos azules y despejados. Pinches baños turcos ademas si te relajan (lo mejor es la alberca efervescente por cierto).

Caminé todo el trayecto hacia el tranvia que cruzaba otro de los puentes, pasando por el parlamento y lugares así. Tomé dicho tranvía, que tenía que tomar hasta una plaza en la que habrían de desprenderse todas las demás rutas. Inteligentemente me quedaba parado al lado de un checador y siempre en medio, ya que los inspectores tienen el demasiado predecible habito de aparecer en los extremos. Sin embargo, en el primer trayecto no hubo inspector, salí aun con boleto y con un marcador de Gustavo 1 - Sistema 0.

Oh pero que sorpresa me esperaba! Cuando logré descifrar las rutas de lo que era una plaza de interconexión, tomé el tranvia correcto y repetí la operación. Ahí habría de pasar 5 paradas y bajarme en la que me habían señalado los australianos. En estas 5 paradas, te alejabas lo mas posible de la riviera hacia los adentros de Buda antes de que en la 6ta, comezara a regresar, así que no había pierde, esa tenía que ser.

Habran pasado 2 paradas cuando de la pinche nada, surge un blitz de inspectores que muy seguramente se habían subido todos juntos por la naturaleza del intercambiador del que habíamos salido, para consecuentemente irse subiendo a otros. El punto era que derrepente, en uno de los tranvias viejos, de dos vagoncillos cagados, había 6 inspectores vestidos de civil colocandose sus banditas sorpresa, uno a escasas 3 pesonas de mi. Así que sin muchas ganas de averiguar que les sucede a los Blackriders, haciendo uso de mi mejor entrenamiento como espía, logré validar mi boleto mientras el inspector revisaba a su primer victima.

Y en efecto, durante las siguientes paradas, se iban bajando inspectores para agarrar los otros tranvías. Para cuando llegué a la 5ta parada me bajé en compañía del ultimo inspector con un boleto ahora inservible y el hecho inevitable de que estaba aproximadamente en "casa de la chingada" sin otro boleto para por lo menos poder subirme a uno de regreso con las precauciones necesarias. Despues de mi experiencia inspectoral, no tenía ganas de subirme sin resguardo.

Pero realmente no había ni que pensar, ya no tenía nisiquiera una de esas monedas inservibles de 10 Florines que la gente guarda como souvenir. No sabía donde estaba eso si, pero por lo menos, allá a la distancia, podía apreciarse el palacio. Por lo menos como Buda era montañoso, con cada subida de calle podría navegar el curso y caminarlo, ni pedo.

Como estaba en un lugar que para nada parecía lo que me habían platicado, pensé la posibilidad de haberme equivocado de parada con el incidente del tranvia, las estaciones estaban bastante separadas entre sí y en la parada, seguían 2 inspectores esperando un tranvía de regreso justamente. Esperé a ver si se iban juntos pero despues de un aburrido rato, pasó un tranvia y solo se fué uno de los malditos inspectores, aun quedaba otro lo que me colocaba dentro de 2 tranvías para poder regresar sin pagar. Ademas, que tal si en ese venía otro puto inspector?

Así que dejé por la paz la idea de los transportes publicos (por el resto del viaje, exceptuando el metro a la estación del siguiente día) y me tiré a la caminata mas larga que había hecho hasta el momento. Para cuando llegué a la estación anterior, me di cuenta que no la había cagado, en la que estaba era la correcta, sin embargo, en el mapa el restaurant estaba señalado entre estaciones practicamente. Lo extraño era que no había visto nada en el trayecto y comenzé a pensar la posibilidad de que las palabras del australiano de "no estoy muy muy seguro" a la hora de señalar el mapa hubieran estado mas acertadas que la señalizacion en si.

Pero siendo un hombre de acción no me iba a quedar sin mi chingada barbacoa mongolesa así que tomé una banca y comenzé estudiar el mapa. De acuerdo a donde me habían señalado que estaba su hostal, los puntos que habían mencionado durante sus historias y mas o menos el tiempo que estimaba había pasado entre las cosas que me habían contado y el momento en que encontraron el restaurant, tomando en cuenta la orografía y distancia entre estaciones, el restaurant en efecto tenía que estar aproximadamente por donde señalaba, sin embargo, muy seguramente estaría en un callejón, por eso no se veía desde las esquinas.

Tomé la calle que se me hacía la mas parecida de acuerdo a las descripciones y caminé hacia adentro, di un par de vueltas y en una de tantas di con un par de callejonsuelos que me dirigió a otra calle con salida a la avenida, en una esquinita cagada sin mas señalización que el letrero en el toldo ahi estaba, el maldito y pinche mongolian barbecue. Todo esto podría sonarte un poco increible pero toma en cuenta que soy un viajero profesional, sabemos hacer ciertas cosas muy exóticas e interesantes.

El precio del lugar aunque no era tan bajo, no era un asalto por todo lo que prometía. Otro dato que me habían dado los australianos era que, ademas de toda la carne que pudieras atascarte, era barra libre de vino y cerveza. Eso claro está, es lo que mas les había gustado del lugar, ya que salieron hasta el culo, por eso no se acordaban exactamente donde estaba.

Pero yo estaba confrontado ante una decision trascendental. Todo buen hombre sabe que en una barriga llena de carne, no entra la suficiente cerveza como para ponerse una peda. Si es tu deseo tomar ésta última, tendrías que limitar tu consumo cárnico a niveles "snackescos". Que hacer entonces? comer bien y aprovechar lo que podría ser la última comida cuantiosa ya que no estaba seguro si en Serbia las tarjetas existirían o, aprovechar el único pago posible con tarjeta que permitía vivir la experiencia Hungara al 100%?

Al final el veredicto resulto que dejaría que los acontecimientos ocurriesen y que no lo presionaría. Si la camarera era lo suficientemente audaz me mantendría humectado, si no, los parrilleros harían su parte. Me senté, verifiqué que en verdad aceptaran tarjeta y que no me rompieran el corazón al final (y la madre tambien porque no tendría con que pagarles). Al recibir confirmación, pedí una cerveza y me paré a la barra.

Oh cual fue mi celestial sorpresa al encontrar toda una variedad de cosas extrañas y potencialmente deliciosas! Que iban desde el clasico pollo, res, puerco y cosas así hasta cabra de nepal, caballo a la dzsingisz kan, pez gato africano y otras cosas que realmente no entendí. Sin embargo me serví de todo y comí como buen Mongolés. Ghengis Khan hubiera estado tan orgulloso de mi que habría llorado de la emoción.

Otra cosa intensa era la cerveza, que no era cualquier cosa ni un juego de niños; eran vasos altos de 24oz. Si estás al tanto de los tamaños estandar de las latas y botellas de cheve, podras saber que eso tiene el potencial de ponerte pendejón con 3 o 4 unidades. Yo logré tomarme 3 porque la guerra la ganarón las parrillas pero si salí bastante agusto del lugar despues de una hora y media aprox.

Con la panza llena y una muy larga caminata por delante para bajarla, me dirigí hacia la avenida para de ahí ver que rumbo tomar. Tomando en cuenta mas o menos donde estaba el palacio y las calles que había por delante, caminé por un rato, no se cuanto tiempo entre lo que era supongo un area residencial antigua o no se que chingados. Eventualmente llegué a la avenida que va a dar al tunel, que a su vez cruza el puente chingón que te lleva de regreso a Pest. Eso me hacía en la dirección correcta, ahora solo bastaba turistear.

Lo unico dificil es que aqui no es plano como del otro lado y para subir al palacio es necesario tomar toda una serie de calles en ascenso y escaleras y etceteras (o un práctico y veloz funicular que la gente con monedas podía usar). En mi caso las escaleras eran la única opción así que me hice a la idea de un buen ejercicio para bajar la mongoliza que me habían puesto. Cuando llegas a la cima es muy interesante de hecho y un tanto satisfactorio (claro, dejaste medio higado subiendo), por la vista que tiene de la ciudad. Putos hasburgo realmente sabían como vivir la vida y la maginitud de este palacio dejaba en ridiculo hasta al de Vienna (quizá no todo el complejo y la red de palacios anexos pero en cuanto al edificio principal si). Ahí dure bastante tiempo idiotizado viendo a la nada, porque era una vista muy chingona. Mas cuando estás escuchando "Mike Mills" de Air y otras rolillas así para ambientarte.

Como es normal dada su posicion elevada, la vista de este lado es mucho mejor y mas imponente que la del otro lado, a pesar de que en si son únicas y muy diferentes las dos. Del lado de Buda lo que domina es logicamente el masivo palacio, en Pest, el parlamento, el puente y las catedrales.



Hay un cierto aire de autosatisfacción el estar ahi parado. Puedo ver porque los Hasburgo decidieron poner su palacio en ese lugar. Para mi, era el hecho de haber caminado tanto durante tanto tiempo despues de tantos kilometros recorridos en trenes y aviones y barcos, el haber pasado tantas pendejadas, carencias, aventuras y el haber conocido a tanta gente. Además, estaba el hecho de que aún faltaba mucho por recorrer y quizá la parte mas desconocida. No tenía ni idea realmente en que me estaba metiendo o que iba a hacer, no sabia siquiera que esperar.

Eso era en lo que se refiere al viaje, respecto a mi, había estado pensando bastante durante aquellos días y ya podía notar que apesar de haber viajado tanto antes de esto, nada se comparaba a la experiencia de hacerlo solo, con difiicultades y en lugares donde la navegaciòn no es tan sencilla. Esto era realmente el meterse dentro de un viaje y estar en inmersión total. Eso sin que te des cuenta, te empieza a cambiar. Para cada quien el cambio es diferente y varía de acuerdo a lo que estes buscado y a lo que estés acostumbrado. Las cosas sobre las que quieras ahondar y cualquier demonio que te persiga cuando estas solo. Sí te haces un poco mas humilde, aumenta tu capacidad de asombro, aprecias mucho mas el lado sencillo de la vida, lo mucho que te da poco la mayoría de las veces y como en algunos días, sin nada de por medio realmente mas que la ausencia de lluvia para poder salir, puedes vivir algo tan diferente y tan único que seguramente quedará grabado para el resto de tu vida. Aveces, como habría de ocurrir esa noche, hasta con lluvia sucede.

Y así le di la vuelta al palacio que suena mucho mas facil de lo que es en realidad y me metí a la ciudadela. Ahí claro todo esta en ingles, pagable con tarjeta y absurdamente caro. Hay un chingo de turistas y los camiones que los llevan. Restaurantes temáticos y terrazas con las mejores vistas y las bebidas mas caras. Yo caminé por ahi hasta que anocheció y mientras lo hacía, comenzé mi descenso y eventual llegada al "Chain Bridge" que me llevaría de regreso a Pest y el hostal. Eso en sí tomó una hora ya que aun habia que tomar algunas calles por barrios muy pintorescos y típicos del antiguo Buda. Para cuando llegué al puente ya era de noche y habían prendido las luces de los palacios e iglesias. La vista de esto al cruzar el puente es imponente y te pierdes en los estimulos que te rodean, el danubio que pasa por debajo siempre lleno de barcazas y yatesillos de todo tipo...

Caminé asi perdido en la sensorialidad hasta que me di cuenta, mas o menos a la mitad del puente, que éste está infestado de arañas. Y yo tengo lo mio de aracnofóbico, o por lo menos ahí se hizo mas evidente ya que me sentí profundamente de la verga y no me quedó otra que apresurar el paso para lograr salir de tan terrible situación. Me provocaba frustración ver a las personas que se recargaban contra el borde, como lo había hecho yo minutos antes, sin darse cuenta aún de las tremendas arañotas que tienen a 5 cm de la panza. Lo mejor que puedes hacer es no notarlo o claro, tener una afición por las arañas... pinche loco.

Ya del otro lado de las arañas, permanecí un rato sentado en la riviera, viendo solamente las luces y todo lo que en ese momento me rodeaba. El cielo estaba particularmente despejado y no había señal alguna de que fuese a llover. Por lo menos el día que fuí al Statue Park me había llovido así que ya tenía mi mojada de Budapest.

La noche tambien era muy calida, a pesar de que a momentos unas rachas de aire extrañamente frío si motivaban a ponerse una chamarrilla. Ya cuando el aire se había puesto un tanto raro y como ya era bien de noche decidí regresar al hostal y ver que habría para ésta, la última noche en una de las ciudades mas increíbles del mundo.

El hostal estaba lleno a reventar. Al parecer habían llegado un chingo de australianos y otros 3 americanos. Las mujeres estaban en su cuarto con la puerta cerrada muy seguramente arreglandose para lo que indicaba ser otra noche fuera. En el cuarto común, los nuevos australianos se conocían con los residentes y compartian alcoholes. Éstos, venían mucho mas parisudos y mas preparados al parecer; pues no se andaban con cervezas o precopeos ligeros, ellos traían botellas de vodka, red bulls y cosas para mixear. Yo despues de saludar y ver que pedo con la gente nueva, me fuí a bañar para alistarme igual en caso de que algo sucediera.

Al salir de mi cuarto, listo para lo que fuera, fuí bienvenido por Alex, con quien platiqué un rato sobre mi día, como me había ido a los otros baños en la mañana y mis aventuras con el tranvia y caminar medio budapest. Ella me contó igual de lo que hicieron y eventualmente nos unimos de vuelta a la turbulenta masa que era ahora el cuarto común. Nos sirvieron vodkas con redbull y mientras todos tomabamos empezó a gestarse un party masivo ya que todos se habían llevado a toda madre. Finalmente, al terminarse el vodka y despues de que la recepcionista amable y sexosa sacara una botella del pisto local, que es un vodka de ciruela muy bueno por cierto, por decisión unanime decidimos salir a la isla.

La isla, es precisamente eso; entre Buda y Pest a la altura del Parlamento, comunicada por un acceso desde el puente. En esta, hay toda una variedad de antros, bares, cafes y chigadera y media, es basicamente una isla de fiesta. Y así nos dirigíamos para allá en parvada todos los habitantes del hostal, en lo que bautizamos por su similitud con los viajes que llevan su nombre, el "contiki tour". Porque? se preguntaran. Los contiki tours, son unos viajes organizados para gente joven, usalmente menores de edad en la práctica y es una manera de recorrer europa por primera vez, usualmente como viaje de graduaciòn de la prepa. En Vienna me crucé con uno de estos y si, es un cagadero, lo que los hace particulares y por lo que bautizamos nuestro recorrido así es por que, inexplicablemente casi siempre tienen un contenido minimo de 70% de australianos. En esos tours, como en nuestro grupo, los australianos son la aplastante mayoría.

Primero paramos en una tienda para comprar provisiones, en Budapest es permitido pistear en la calle así que es tonto no hacerlo. Yo en ese punto no tenía ni la noción siquiera de lo que es tener dinero, sin embargo, sin que yo dijera nada Alex en un gesto que usualmente transforma a las mujeres en santas, me compró un par de latas altas de Stella Artois (cerveza belga muybuena). No hay mejor manera de halagar a un hombre que comprandole cerveza, eso es un hecho.


Caminamos entonces por la riviera, en dirección a la isla. El recorrido por si solo fue algo muy entretenido por la variedad de personas y las distintas historias de aquellos que no habiamos conocido en el hostal. Los nuevos americanos resultaban ser de Los Angeles, así que de esa manera se consolidó la Unión Californiana de Pariseo. La isla en sí es como un pequeño bosque, con un camino central transitado por peatones y cada determinada distancia hay un bar o un antro. Asi nos fuimos metiendo a varios de los primeros y eventualmente nos quedamos en uno que era una mezcla entre galería de arte y antro terraza, muy efectivo por cierto.

Ahí como nuestro grupo era una fuerza parisuda por si sola, no hacía falta mucho ambiente para pasarla bien. Alex que era una ávida fan de cualquier actividad física la pasaba bailando interminablemente por relevos, ya que no había manera de aguantarle el paso. Así transcurrió la noche de bar en bar y en un gran party del que algunos iban quedando regados en los lugares a los que entrabamos.

Aun así, el grupo permanecía grande y la fiesta "on demand". Sin embargo, para aprox. las 2am yo ya estaba dando las últimas. Principalmente por 3 factores, uno era evidentemente el cansancio masivo de haber caminado en conjunto de 40 a 50 km en los dos últimos días y el bailar las últimas horas, la segunda que tenía al día siguiente que seguir el camino y tercera que estaba mas sobrio que un patrullero. Y sin la misteriosa anestesia de la cerveza me empezaba a sentir fatigado.

Fuí con Alex, le expuse la situación y sorpresivamente me contestó que qué bien, porque ella tenía ya ganas de irse desde hacía un ratillo ya que el bailar en el tacon, aunque bajo, que llevaba la había cansado.

Nos despedimos de la concurrencia y ante la usual especulación y el hecho de que hacía escasa media hora un americano se había ido con una australiana de regreso al hostal, nos despidieron con mucho apremio y aprobación, apurandonos a irnos.

La caminata de regreso, que era lenta por los tacones cansados de Alex, tomó un inusual curso mas personal que las pláticas de ántes. Había algo de lo que no me había hablado y eso era de su vida en San Francisco, ya que de ahí se desprendía obviamente uno que otro problema. En ese momento me platicó de los detalles y el porque estaba cansada de su relación. Tambien me platicó que era nadadora (explicando muchas cosas) y lo que quería hacer después de graduarse. Ella estudiaba la carrera como enfermera, quería ingresar a un programa que la llevara a poder ejercer fuera de los E.U. preferiblemente en paises tercermundistas, especificamente El Salvador, para ayudar a los niños. (no se porque extrañamente a todas las que les da por salvar al mundo o ayudar a los niños se quieren ir a El Salvador, como habría de volver a escuchar antes de que se terminara el año). Tambien me platicó que ya sabía cual sería la última parada de su viaje antes de volver a casa: Madrid.

Seguíamos platicando de su vida, de la mia y de la vida en general y de como en Madrid tendríamos la oportunidad de volvernos a ver, ya que ella exigía que yo fuera su guía de turistas. Ésto, ampliaba el espectro de las posibilidades de una manera insospechada, ya que no tendría que aplicar ninguna apresurada técnica mientras aún estaba con el rollo sentimental de su bato/exbato y podría darme el lujo de esperar a que Madrid ejerciera su magia.

El cielo era claro, o por lo menos así lo era al momento que se perdió entre los árboles. Sin embargo, mientras nos aproximabamos a la salida de la isla, sin ninguna advertencia, se vino el diluvio.

No había realmente mucho que hacer, salvo correr ya que en el puente no había cobertizos, la situación era un tanto graciosa por lo repentino y lo extraño de lo que estaba pasando, ademas del hecho de que ella traía tacones y realmente no podía correr. Sin embargo la lluvia era tal que no había otra opción que quitarselos y tratar de llegar a algun punto. La subí a mi espalda en lo que sorteabamos la tierra y las piedras y una vez sobre el puente corrimos lo mas rápido que se pudo. En ese momento no había palabras, solo risas y una fascinación inherente por estar empapado totalmente sobre un puente en Budapest. A pesar de, nos parabamos para admirar a momentos lo increible del paisaje y como el danubio cobra vida cuando llueve. Pero la lluvia arreciaba y teníamos que volver a correr, hasta que llegamos a una esquina ya cerca del parlamento que serviría de refugio.

Ahí fue donde ella finalmente dejó salir todo lo que hasta el momento la tenía aprisionada. El como no podía evitar sentirse atraída a lo que le hacía daño y la pendeja en lo que la transformaba el no poder escapar. De como en un mundo perfecto ella podría darle la espalda a todos sus problemas y olvidarlos, pero que no era capaz de hacerlo y por eso lloraba al telefono. Tratando de terminar algo que no quería ser terminado. Algo que ella misma no podía terminar.

Yo traté de decir lo que mas pudiera servir pero en realidad lo único posible por hacer era escuchar. O tomar su mano y seguir corriendo.... Me detuve frente al parlamento y bajo la lluvia le dije como a pesar de lo que sea, tomara en cuenta donde estaba y qué estaba haciendo, que el hecho de volver o no volver no debería transtornar un entorno tan fascinante y menos cuando le podría estar sacando tanto provecho. Que de alguna manera me había conocido producto de un chingo de casualidades y que gracias a eso no había pasado por esa soledad que te pone a pensar. Que tomando todo eso en cuenta, podía darse la oportunidad de, por lo menos por lo que restaba de la noche, de ser una persona sin futuro ni pasado.

Y se hizo un silencio solo roto por la lluvia, que comenzaba a amainar. Sin decir nada fue su turno de hacerme correr y solo giramos de calle en calle, parando por las esquinas sin pensar en mucho mas allá que pisar un charco profundo. Y realmente nada importaba, una vez mas, que justamente las cosas necesarias y lo que conformaba ese momento; nada mas que aire, la noche, Budapest, las calles mojadas y por supuesto, la lluvia, ella y yo. Por un momento yo tampoco tuve pasado ni futuro. Y me gustó la libertad.

La noche transcurrió y nunca hablamos de lo que vendría al siguiente día, si me iba o me quedaba y si la volvía a ver despues. Por primera vez en mucho tiempo, solo ser y estar.


Al siguiente día empaqué mis cosas y encontré la manera de contener mi supermercado dentro de la mochila. De algun modo funcionó y aunque la hizo mas pesada, el haber quedado dentro de la bolsa no la desestabilizó o desbalanceó, como el haber traído cosas colgando. Me despedí de quienes tendría que despedirme, le di mi llave a la muchacha amable del mostrador y me marché.

No habrá necesidad de explicar que fué un recorrido un tanto dificil, comenzando por las escaleras mas largas; las que no quieres bajar. Pero eventualmente lluegé al metro y al salir ahora si tomé por el lado renovado de la estación y vi la diferencia entre ésta y la que hacía 4 días había servido de escenario para las extrañas coincidencias de la vida.

Tenía un tren que tomar que a pesar de tener un destino era un tren a ninguna parte. Ya realmente no sabía que esperar ni esperaba nada. No había hecho mas planes fuera de revisar donde había hostales y hacer una reserva simbolica en el que estaba mas cerca de la estación de tren. No sabía a que hora llegaría ni si sería de día o de noche. Todo lo que tenía era un espiritu renovado y una insaciable sed de camino.

Cuando llegó el tren al andén me sorprendió con su modernidad y tamaño. Era un tren bastante largo y nuevo que cubría el recorrido Vienna-Belgrado, mucha gente se bajó ahi, lo cual garantizaba varios compartimentos vacíos.

Antes de subir me quedé un momento viendo a la gente, como si buscase una cara familiar entre los desconocidos. El tren lo abordaron pocas personas, siendo yo el último quizá, ya que mientras caminaba por el pasillo en busqueda de compartimiento, Budapest empezó a marcharse lentamente por las ventanas...